En sus cinco años en las Mayores, el granmense Yoenis Céspedes había disparado 72 cuadrangulares, por todos los ángulos del terreno. Sus largos batazos lo convirtieron en doble ganador del Derby de Jonrones del Juego de las Estrellas; pero hasta la tarde del domingo 19 de abril, nunca había podido sacar la pelota con las bases llenas.
El zurdo José Quintana, de los Medias Blancas de Chicago, entró en problemas en el primer inning, contra los Tigres de Detroit; aunque, de alguna manera, se las arregló para sacar dos outs sin que le anotaran una carrera. Las bases estaban llenas y le correspondió el turno a Céspedes. Imaginen el final de la historia: el cubano hizo un rápido swing y la pelota se perdió por el jardín izquierdo. Primer Grand Slam para la «amenaza» Céspedes. Su tarde no había acabado, porque dos entradas más tarde repitió la misma «gracia» frente a un desconsolado Quintana (uno de sus «blancos» favoritos, pues el granmense le ha conectado de 8-6, con 4 vuelacercas).
Lejos de allí, en el AT&T Park, sede de los alicaídos campeones Gigantes de San Francisco, otro cubano perdió la «virginidad» en las Mayores. El enorme contrato que le dieron los Arizona Diamondbacks al habanero Yasmani Tomás (68,5 millones) fue muy criticado por no pocos. Tomás comenzó la temporada en AAA; pero fue llamado al equipo principal por el manager, para trabajar, sobre todo, como bateador emergente.
El fornido pelotero había fallado en sus tres primeros turnos como emergente. Contra los Gigantes, en el noveno inning, ante el relevista Jean Machi, Tomás recibió otra oportunidad…y esta vez no la desaprovechó. El cubano conectó un imparable entre el jardín central y el derecho. Su primer jit en la MLB.