Frederich Cepeda lució como en sus mejores momentos, los relevistas cubanos aguantaron la ofensiva de los Caribes de Anzoátegui y, para sorpresa del mundo del béisbol, los Vegueros de Pinar del Río avanzaron a la final de la Serie del Caribe, en San Juan, tras dejar en el camino, 8 carreras por 4, al que había sido el mejor equipo del certamen.
Después de cinco innings, todo parecía perdido para los cubanos. La ofensiva seguía sin producir y el abridor Freddy Asiel Álvarez no estuvo en su mejor noche. Con desventaja de 4 carreras quizás ni los fanáticos más empedernidos confiaban en una remontada. Una entrada más tarde renació la esperanza, cuando Cepeda, esta vez como regular, tras ser llevado al banco por su pobre desempeño, conectó una larga línea por el jardín derecho que se convirtió en triple y entró en el home por error en tiro. De repente, los Vegueros entraron en el juego, 4 por 3.
El séptimo fue un verdadero «inning de la suerte». Alfonso Urquila nos dejó boquiabiertos al sustituir nada menos que al primer bate, Roel Santos, por Yadiel Hernández…para tocar la pelota. La «estrategia» falló; pero luego un imparable de Luis Yander la O colocó el empate en segunda. Yuliesky Gourriel dio el jit oportuno y empató el desafío a cuatro. El cuerpo de relevistas de los Caribes se desmoronó y un pelotazo a Yosvani Alarcón permitió que entrara la carrera de la ventaja. Lo mejor llegó poco después: el director Omar López trajo a un zurdo para que Cepeda se colocara a la derecha. El veterano espirituano «cazó» una recta baja y la pelota chocó contra la cerca del jardín izquierdo. Con el batazo entraron 3 anotaciones….los venezolanos todavía no lo podían creer.
El cierre de Héctor Mendoza fue excelente y Cuba obtuvo el derecho a luchar por el título de la Serie del Caribe. Casi al final, un hombre penetró en el terreno con un cartel de contenido político y trató de tener sus «15 segundos de fama». Fue olímpicamente ignorado y no sucedió nada más. Con 34 años, Cepeda volvió a lucir como el hombre que impresionó a todos en los dos primeros Clásicos Mundiales: de 4-4 y cinco carreras impulsadas. Impresionante.
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Box score del partido Pinar del Río 8-4 Caribes de Anzoátegui