Parecía que los Reales de Kansas City tomarían una ventaja decisiva en la Serie Mundial 2014. El marcador en el AT&T Park mostraba un preocupante 4-1 y en el banco de los Gigantes de San Francisco la frustración era evidente. Incluso el director Bruce Bochy, en un gesto que quedará guardado en la historia, lanzó su gorra al piso, tras el desajuste defensivo del abridor Ryan Vogelsong y Brandon Belt.
Con desventaja de tres anotaciones y el temor al poderoso bullpen de los Reales, todo lucía perdido para los campeones de la Liga Nacional; pero…estos no se dieron por vencidos y su vigorosa reacción garantizó que el Clásico de Otoño encuentre decisión en el Kauffman Stadium.
La gran figura de la noche fue el venezolano Pablo Sandoval. El Kung Fu Panda conectó el imparable en el interminable sexto inning que puso delante a los Gigantes 6 por 4. Poco pudo hacer el cuerpo de relevistas de los Reales que recibió un fortísimo castigo. Claro, el director Ned Yost no utilizó a sus tres principales figuras, Kelvin Herrera, Wade Davis y Greg Holland. Con el partido 4-3 y el abridor Jason Vargas en serios problemas, Yost optó por acudir Jason Frasor, Danny Duffy y Brandon Finnegan. El resultado fue el peor posible, porque los Gigantes se soltaron a batear y anotaron 11 carreras, con 16 imparables.
Otro jugador decisivo en la reacción fue Hunter Pence. Este es uno de los peloteros más «extraños» en la MLB. Su swing es rarísimo, su manera de lanzar la pelota desde el jardín derecho es única; pero…Pence ha demostrado ser un bateador muy oportuno y, además, excelente con el guante. Bochy lo ubicó en el cuarto turno ofensivo y este respondió con 3 jits y 3 carreras impulsadas.
Ahora el «momento» favorece a los Gigantes. Con la serie empatada, Bochy enviará al montículo al zurdo Madison Bumgarner quien ha sido muy dominante a lo largo de toda la postemporada. Del otro lado, los fanáticos de los Reales esperan que, finalmente, James Shields demuestre que es el principal lanzador del equipo.