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GP de Bakú: Leinier Domínguez, ascenso y caída de un gran jugador

Leinier Domínguez jugó el peor torneo de su vida (foto tomada del sitio oficial del Grand Prix)
Leinier Domínguez jugó el peor torneo de su vida (foto tomada del sitio oficial del Grand Prix)

Seis meses atrás, el Gran Maestro Leinier Domínguez estaba en la cúspide de su carrera. A sus 31 años, el mejor ajedrecista de Iberoamérica lucía un impresionante ELO de 2768 puntos, con el que se ubicaba en la décima posición del ranking mundial. Pero a partir del Memorial Capablanca algo comenzó a cambiar en el cubano y no precisamente para bien.

En La Habana, Leinier era el jugador de mayor coeficiente; sin embargo, finalizó en la tercera posición, con 5 puntos de 10 posibles y sufrió un revés ante el filipino Wesley So. Aquel fue un mal síntoma, aunque su actuación tampoco pudiera considerarse desastrosa.

Después, Domínguez tomó dos meses de asueto y esa larga ausencia de los tableros fue visible en su desempeño en la Olimpiada de Tromso, donde solo enfrentó a un rival con un ELO superior, pero casi jugó para el 60% (6,5 de 11); además, más allá de los números, quizás solo haya lucido muy bien en su victoria frente a Shakhriyar Mamedyarov. No obstante, la señal de alarma todavía no estaba encendida.

Su siguiente torneo fue el Campeonato Europeo de Clubes, efectuado en Bilbao, donde Leinier defendió el segundo tablero del equipo San Petersburgo. Allí inclinó su rey ante Alexander Grischuk y entabló, no sin apuros, contra Hikaru Nakamura y Anish Giri.

En un primer momento, la Federación Internacional no incluyó a Leinier en el listado de 18 jugadores que competiría en la serie Grand Prix 2014-2015, que otorgaría nuevamente dos plazas para el Torneo de Candidatos, del próximo ciclo por el título mundial del juego ciencia. Pero cinco ajedrecistas declinaron su participación y esto le abrió las puertas al cubano. Si analizamos lo ocurrido en Bakú, sede de la primera parada de la serie, quizás hubiera sido preferible que la puerta continuara cerrada para Leinier.

Desde el comienzo del certamen en la capital azerí quedó claro que Domínguez estaba lejos de su mejor forma. En el debut, frente a Rustam Kasimdzhanov, tuvo la victoria en un solo movimiento (26. Ce7, jaque, era decisivo); pero, en apuros de tiempo—su gran enemigo—no encontró la combinación ganadora y el duelo concluyó igualado.

Al día siguiente tuvo un encuentro desgastante contra Evgeny Tomashevsky que se extendió por más de seis horas y duró exactamente 100 movimientos. Esta partida debió concluir en tablas mucho antes, porque el final de dama, torre y tres peones por cada bando lucía parejo; pero el cubano presionó y no obtuvo nada.

En la tercera ronda, frente Sergey Karjakin, nuevamente con pocos segundos en el reloj —los organizadores no otorgaban incremento por movimiento—, Domínguez pifió, al tomar con su caballo en d4, en la jugada 31. Entonces Karjakin se adueñó de la partida y ganó sin mayores problemas, tras imponer la fuerza de su peón libre por la columna “h”.

Luego llegaron cuatro tablas consecutivas (Boris Gelfand, Nakamura, Teimour Radjabov y Mamedyarov); aunque estuvo muy cerca de perder ante el estadounidense. Quedaban solo cuatro rondas para el final y, de seguro, nadie imaginó lo que sucedería en esas 96 horas.

La debacle empezó en la octava jornada, ante Peter Svidler. La partida llegó a un final complicadísimo, en el que los dos rivales tenían dos torres y el ruso un peón. Svidler maniobró con precisión, hasta que su rey apoyó al peón por la columna “f” y Domínguez se vio obligado a reconocer la derrota.

Lo peor ocurrió al día siguiente. Parecía que Leinier podría superar a Dmitry Andreikin, porque alcanzó una amplia ventaja en la posición; sin embargo, en apuros de tiempo, volvió a equivocar el plan y el ruso no solo equilibró el cotejo, sino que terminó con la victoria. “Después del movimiento 40, estaba tan deprimido que no pude pensar más”, aseguró, apesadumbrado, Leinier, en la conferencia de prensa.

El calvario no había terminado. El italiano Fabiano Caruana, segundo jugador del ranking mundial, reconoció que en Bakú no mostró su mejor nivel; pero contra Leinier obtuvo una aplastante y fácil victoria. Para completar la debacle, en la última ronda, el cubano también cedió frente a Alexander Grischuk, en otra pobre demostración.

Nunca antes en su amplia historia ajedrecística, Leinier Domínguez había perdido cuatro partidas de manera consecutiva. ¿Qué sucedió en Bakú? Oportunidades desperdiciadas (pudo ganar versus Kasimdzhanov y Andreikin), pobre control de tiempo en la mayoría de los cotejos y, tras el fracaso frente a Svidler, el cubano entró en un estado de desconcentración que, en ocasiones, suele afectar a los jugadores de la elite (Vassily Ivanchuk y Nakamura son dos ejemplos de esto).

En total, Leinier perdió 24,8 puntos de su coeficiente ELO que actualmente es de 2726 unidades y descendió nueve posiciones, hasta el lugar 24, en el listado universal. Ahora vendrá un imprescindible alejamiento de los tableros, un período en el que Domínguez se convertirá en papá —de un niño— y ojalá encuentre la motivación para dejar muy atrás lo ocurrido en Bakú.

Tabla final de posiciones del Grand Prix en Bakú (entre paréntesis aparecen los puntos GP obtenidos):
1-2 Gelfand, Caruana 6.5 puntos (155 puntos Grand Prix); 3-7 Tomashevsky, Nakamura, Grischuk, Karjakin, Svidler 6 puntos (82 puntos Grand Prix);  8 Radjabov 5.5 puntos (50 puntos Grand Prix); 9-10 Mamedyarov, Kasimdzhanov 5 puntos (35 puntos Grand Prix); 11 Andreikin 4.5 puntos (20 puntos Grand Prix) y 12) Domínguez 3 puntos (apenas 10 puntos Grand Prix)

Vea además:
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Publicado en Cubahora

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