Las dos derrotas consecutivas del campeón mundial, Magnus Carlsen, conmocionaron al mundo del ajedrez. El prodigio noruego no inclinaba su rey en dos fechas en línea desde 2010 y de inmediato sonaron las “alarmas”; pero el prodigio las acalló rápidamente y de la mejor manera: con dos victorias que lo volvieron a colocar en la cima del Memorial Gashimov.
Después del descanso, Carlsen comenzó la segunda vuelta del certamen con un fácil triunfo sobre Mamedyarov, en solo 27 movimientos. Al día siguiente hubo más tensión en el duelo contra Hikaru Nakamura, un jugador que, al parecer, no simpatiza mucho con el “Mozart del ajedrez”. Lo cierto fue que el estadounidense condujo las piezas blancas y tuvo ventaja durante la mayor parte del cotejo, pero entró en apuros de tiempo y, error tras error, fue hundiendo su posición, hasta que se vio obligado a entregar la “calidad” en el movimiento 47. El duelo entró en un fácil final de dos torres contra caballo y torre del blanco que Carlsen supo ganar sin mayores contratiempos.
El revés de Nakamura lo dejó con un ELO de 2769.4 unidades, mientras el cubano Leinier Domínguez está en la décima plaza, con 2768.3, por lo que un nuevo traspiés del estadounidense (o de Karjakin que va octavo con 2770.4) haría ascender al mejor ajedrecista de Iberoamérica en el ranking mundial de la FIDE.
Las otras dos partidas de la séptima ronda concluyeron en tablas (Radjabov – Mamedyarov y Karjakin – Caruana), por lo que Carlsen lidera en solitario, con 4,5 puntos y ya recuperó las unidades ELO perdidas, por lo que su coeficiente está nuevamente sobre los 2880. En la segunda plaza aparece Radjabov 4 y detrás marchan: Caruana y Karjakin 3.5; Nakamura 3 y Mamedyarov 2.5.
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