Al ritmo de miles de vuvuzelas, los fanáticos en el Estadio Nacional “Rod Carew” les dieron una bienvenida al estilo panameño a los Yankees de Nueva York y Marlins de Miami, de visita en Ciudad de Panamá para el primer partido de Grandes Ligas desde 1947.
Al tocar la canción «Enter Sandman», como sucedió durante casi dos décadas en el “Yankee Stadium”, Mariano Rivera entró entre las compuertas del jardín central ante una estruendosa ovación de pie, para el ídolo local, el mejor cerrador de todos los tiempos con 652 salvamentos de por vida.
«Cuando el pueblo panameño cantaba el himno nacional y yo estaba parado en los jardines, se cumplió un sueño que no había podido en mi vida disfrutar», dijo Rivera después de efectuar el primer lanzamiento de la ‘Serie de la Leyenda’. «Fue algo increíble y experimentarlo a casa llena con todos de pie y con esa ovación, eso no tiene precio».
David Robertson tuvo el honor de servir como receptor de Rivera al lanzar la primera bola, lo cual fue un gesto sumamente significativo.
«Lo quise hacer para que sirviera como una transferencia a mi sucesor… entregué mi legado. Fue como pasar la antorcha y esperemos que haga bien el trabajo que se la ha encomendado», dijo Rivera.
«Todo tiene un principio y un final y ahora sí que aquí terminamos la historia en casa. Hoy está el círculo completo y se ha cumplido lo que tenía que pasar, y ahora sí ha sido sellado, porque fue en casa, y no hay nada mejor que tu propia casa. Soy panameño y como panameño deseas y está en tu sangre formar parte de esto y así se cumplió».
Cada miembro de los Yankees y Marlins recibió un estruendoso aplauso al escucharse su nombre al presentar las alineaciones sobre los altavoces del estadio nacional, pero la ovación más grande, fuera de la de Rivera, estuvo sin duda reservada para Derek Jeter.
«Derek es mi hermano y lo ha sido por muchos años y tenerlo aquí representando a los Yankees de Nueva York, de veras no puedo pedir más. Y no sólo Derek, CC, Carlos Beltrán, Alfonso Soriano, Francisco Cervelli y a Joe Girardi y a todo el cuerpo de entrenadores y los demás compañeros sólo les doy las gracias, porque nunca me han dicho que no y siempre me han apoyado al cien por ciento», aseveró Rivera.
Los Bombarderos no pudieron extender la grandiosidad de la ceremonia al partido como tal, ya que cuatro lanzadores de los Marlins, el abridor Brad Hand y los relevistas Steve Cishek, A.J. Ramos y Arquímedes Caminero se combinaron para dejar a los Yankees sin carreras ni hit, mientras, los floridanos anotaron en cinco ocasiones.
«La ceremonia fue increíble, y estoy seguro fue muy especial para Mo, pero no fue el tipo de noche histórica que esperábamos. Sí le quita un poco al evento, porque obviamente nos hubiera gustado anotar unos cuantos hits y carreras, pero los Marlins lanzaron excelentemente y no importa qué partido se juegue y a qué nivel uno nunca quiere salir sin conectar hits», dijo Girardi al terminar el partido.
Con información de ESPN Deportes