Finalmente llegó la tan esperada confirmación: Villa Clara representará a Cuba en la Serie del Caribe 2014, en Isla Margarita, Venezuela; pero como nación invitada, no en calidad de «participante pleno» de la Confederación Profesional de Béisbol del Caribe. Además, la presencia cubana no está garantizada para la edición de 2015, porque el permiso del Departamento de Estado es solo para el evento en territorio venezolano.
Entonces, ¿dónde estamos? Estos son los hechos: los campeones de la 52 Serie Nacional viajarán a Isla Margarita, con todos los gastos pagados por los organizadores. Allí enfrentarán a los monarcas de la liga mexicana, venezolana, puertorriqueña y dominicana, más un posible sexto participante que podría ser de Colombia, Panamá, Nicaragua o la Liga Veracruzana.
Las incogruencias de la Confederación sobre el «tema Cuba» son enormes. Primero Juan Francisco Puello, presidente de la organización, anuncia con bombo y plantillo, en junio, que Cuba regresará «con todos los deberes y derechos, con igual voz y voto”. La posición parecía clara: Cuba tendría que pagar la cuota de inscripción, pero recibiría los premios en metálico que lograra ganar su representante sobre el terreno. MLB se molestó, porque no la tuvieron en cuenta y es que, por causa del Bloqueo estadounidense, tiene que solicitar una autorización especial al State Departament. De por medio estuvo, como elemento de presión, la demorada firma del Acuerdo Invernal.
Llegó la firma sobre dicho Acuerdo que garantizó la presencia de los peloteros de MLB en las ligas invernales caribeñas; pero la resolución sobre el «tema Cuba» demoró algún tiempo más. El Departamento de Estado concedió la licencia, pero el permiso es solo para 2014. Por tanto, para la edición de 2015, en Puerto Rico, no está asegurada la presencia cubana. La Federación, a través de su presidente, Higinio Vélez, saludó el retorno de Cuba a las Series del Caribe en calidad de «invitado», no como miembro pleno. Entonces, no habrá pago, ni tampoco existe el compromiso de que Cuba organice, en algún momento, como exige el reglamento de la Confederación, una edición de la Serie.
«Del lobo, un pelo», podríamos decir. Creo que esta vez se impuso el pragmatismo de la Federación cubana. Quizás en otro momento hubiera llegado una reacción diferente («si no nos tratan como los demás, no vamos»); pero vivimos, nos dicen, aunque no siempre lo creamos, tiempos nuevos.