Durante siete innings, la ofensiva de los Medias Rojas de Boston volvió a quedar en el más completo ridículo. La noche anterior apenas conectaron un jit y recibieron 17 ponches. El segundo juego parecía muy similar al primero: desde la lomita, Max Scherzer dejó sin imparables a los campeones del Este en cinco capítulos y logró ¡13 ponches!
Además, los jonrones de Miguel Cabrera y Alex Ávila propiciaron una cómoda ventaja de 5 a 0. Todo estaba perdido para los Medias Rojas; pero…en el final del octavo inning, con dos outs, llenaron las bases y le correspondió batear a David Ortiz. Este era el partido número 63 del Big Papi en playoff y, de esta manera, empataba el récord de la franquicia que ostentaba el ya retirado receptor Jason Varitek.
El director de los Tigres, Jim Leyland, hizo lo que se esperaba: trajo a su cerrador, Joaquín Benoit. Ya sabemos que Detroit no ha tenido suerte con esa posición y esto quedó demostrado, una vez más, en el Fenway Park: Ortiz desapareció la pelota por el jardín derecho y empató espectacularmente el partido a 5 carreras.
Ese batazo fue un “cubo de agua fría” para Detroit y después del gran slam no era difícil predecir cuál sería el resultado: en el cierre del noveno inning, un error del torpedero cubano José “Candelita” Iglesias complicó la situación, luego vino un wild-pitch y, finalmente, Jarrod Saltalamacchia impulsó a Johny Gomes con la carrera del triunfo.
Creo que tras esta asombrosa remontada, Boston llegará muy inspirado al Comerica Park. Allí enfrentarán a Justin Verlander, por lo que podría continuar el recital de ponches; sin embargo, los Medias Rojas ahora son favoritos. Big Papi cambió el curso de la serie con su gran slam.
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Box score, Boston 6-5 Detroit