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Gigantes japoneses en La Habana

Roberto “El Chico” Barbón fue el primer pelotero latinoamericano contratado por un equipo japonés
Roberto “El Chico” Barbón fue el primer pelotero latinoamericano contratado por un equipo japonés

En 1955 el empresario cubano Bobby Maduro, propietario de los Cuban Sugar Kings, invitó al primer equipo profesional formado en Japón, los Gigantes de Yomiuri, para que realizara una serie de tres partidos en La Habana.

El 4 de marzo se desarrolló el primer desafío, en el Gran Stadium del Cerro. Los locales utilizaron como abridor a Raúl Sánchez, quien había lanzado brevemente con los Senadores de Washington, en 1952 y que luego militó en los Rojos de Cincinnati, de las Grandes Ligas. Sus amigos le decían “Salivita”, porque le gustaba “mojar la pelota”, para así darle una mayor rotación al lanzamiento. Esa tarde, Sánchez dominó sin complicaciones a los nipones. En nueve innings solo les permitió una carrera y siete jits; mientras, los Sugar Kings anotaron en cuatro ocasiones.

Al día siguiente, los visitantes tomaron desquite. El director de los Gigantes de Yomiuri le entregó la pelota a Takumi Otomo y este dejó a los Sugar Kings en solo tres jits. Los japoneses marcaron cinco veces frente a Pedro Carrillo quien cargó con la derrota. Wally Yonamine fue la figura más destacada por los asiáticos, al conectar dos imparables, recibir una base por bolas y anotar dos carreras.

La serie estaba igualada a un triunfo, por lo que había una gran expectativa ante el tercer y último desafío. Si en los dos primeros juegos prevaleció el pitcheo, en el de la despedida los jugadores de los Sugar Kings se soltaron a batear y marcaron 11 carreras. Desde el montículo, Julio “Jiquí” Moreno no tuvo problemas para controlar a los Gigantes quienes apenas lograron seis imparables.

Después de la serie frente a los Sugar Kings, los Gigantes tomaron un avión rumbo a México, donde culminó su gira latinoamericana de cuatro semanas.

Ese mismo año, el matancero Roberto “El Chico” Barbón firmó con los Bravos de Hankyu y se convirtió en el primer pelotero latinoamericano contratado por un equipo japonés. Barbón jugó entre 1955 y 1966 en la Liga profesional nipona y allí dejó una huella importante.

El matancero defendía bien la segunda base y era muy rápido. Su debut en Japón, en 1955, fue excelente, porque encabezó la Liga del Pacífico en carreras anotadas, con 105, disparó 13 triples y, gracias su velocidad, robó 49 bases en 63 intentos.

Barbón fue el primer pelotero en la Liga Japonesa que sobrepasó los mil inatrapables y es el máximo robador de bases entre los jugadores occidentales, con 308. Además, estuvo incluido en dos equipos Todos Estrellas de la Liga del Pacífico (1958 y 1959). Después de su retiro, “El Chico”, quien se había casado con una japonesa, trabajó como intérprete y luego fue entrenador y comentarista de televisión.

Otros seis cubanos participaron en campeonatos profesionales de Japón. En esa pequeña lista aparecen Humberto Fernández, Román Mejías, Antonio González, conocido como “el Haitiano”, Zoilo Versalles, Orestes Destrade y Omar Linares, quien militó durante dos temporadas con los Dragones de Chunichi, después de su retiro de las Series Nacionales. Tampoco podemos olvidar que jugadores como Orestes Kindelán, Víctor Mesa y Antonio Pacheco, entre otros, jugaron en equipos amateurs del país asiático, a finales de la década del noventa y en los primeros años del siglo XXI.

Publicado en Habana Radio

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