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Lio Messi evade… la cárcel

 

Lionel Messi proyectaba, hasta hace muy poco, una imagen perfecta. Sus goles y títulos en el Barcelona lo convirtieron en el mejor futbolista del mundo; aunque el encanto por su figura se extendía más allá del terreno de juego, pues su humildad discursiva, su tranquila vida familiar y buena relación con casi todos sus compañeros resaltaban en un escenario donde predominan los grandes egos.

Lamentablemente, el expediente de escándalos de Messi ya no está en cero. Una investigación de la Fiscalía de Delitos Económicos de Barcelona determinó que el jugador y Jorge Messi, su padre, habían utilizado argucias legales, entre 2005 y 2009, para evadir el pago de 4,1 millones de euros como impuestos sobre la renta de personas físicas, por la venta de derechos de imagen.

De acuerdo con la denuncia, los Messi formaron una serie de sociedades offshore, en Uruguay y Belice, y cedieron a estas la gestión de los derechos de imagen. De esta manera aparecía que los derechos los controlaban empresas que, por sus propias características, mantenían siempre en secreto a sus propietarios. Gracias a esta herramienta de lo que se conoce actualmente como “ingeniería fiscal”, los Messi lograron ocultar ingresos por explotación de imagen valorados en 10,1 millones de euros. De esa suma, deberían haber entregado a las autoridades tributarias españolas 4,1 millones.

La imagen de Messi vende y no poco en el mundo. Su contrato con el Barcelona es de 12,5 millones de euros por cada temporada; pero su “valor” publicitario sobrepasa en varios millones a lo que recibe del club catalán. El argentino lo mismo puede aparecer en un anuncio de calzoncillos Dolce&Gabbana, que comiendo pan Bimbo, que a bordo de un avión de Turkish Airlines. Su rostro también está relacionado con marcas como PlayStation, Adidas, Pepsi y Herbalife, entre otras.

Según la revista France Football, la explotación de los derechos de imagen de Messi, en 2012, produjo ingresos estimados en 22 millones de euros, por lo que el sudamericano—que también tiene nacionalidad española—ocupa la décima posición en la lista de los deportistas más ricos que elabora Forbes.

La ley española establece que el fraude fiscal se sanciona con una pena que fluctúa entre dos y seis años de prisión; además, la persona tendría que pagar hasta seis veces la cifra defraudada. Messi siempre ha negado cualquier intento de evasión fiscal y el Barcelona, a través de su presidente, Sandro Rosell, también ha defendido la inocencia de su estrella; pero la perspectiva de ir a prisión probablemente haya asustado al argentino quien encargó a sus asesores legales que resolvieran el complicado asunto.

Una de las primeras decisiones de Messi fue realizar declaraciones complementarias sobre la Renta de 2010 y 2011, por lo que pagó al fisco 10 millones de euros adicionales. Además, sus asesores han mantenido conversaciones con las autoridades tributarias para llegar a un acuerdo—valorado en varios millones de euros— fuera de los tribunales que evite la continuidad de la acusación.

El solo hecho de imaginar a Messi frente a un juez y con la prisión como un posible—aunque más que improbable— destino no es nada agradable para los seguidores del fútbol. La “Pulga” no ha sido el primer deportista en recibir una acusación por evasión fiscal y, tal vez, no sea el último; pero su caso ha tenido mucha más repercusión mediática que la recibida por el tenista Rafael Nadal o el futbolista Luis Figo quienes también tuvieron problemas con el fisco.

Los críticos de Messi—con la prensa madridista en primer lugar—han tratado de exacerbar la construcción de una imagen negativa del cuatro veces ganador del Balón de Oro; mientras otros tratan de minimizar la acusación, porque solo les interesa lo que haga el futbolista con un balón en los pies. Ambas posturas parecen estar equivocadas. Messi no es ese “geniecillo oscuro” que nos ha “engañado” con su personalidad sencilla, ni tampoco se puede negar que la acusación—el que paga, otorga—ha dañado su imagen, porque el mejor futbolista del planeta representa mucho más que goles y títulos.

Publicado en CubaSí

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