Después de sufrir dos fuertes descalabros consecutivos, en el grupo Abierto del Memorial Capablanca y el Torneo Continental de las Américas, en Cochabamba, el Gran Maestro tunero Lázaro Bruzón volvió a caer de los 2700 puntos y, sin dudas, crecieron las críticas sobre el segundo ajedrecista del ranking latinoamericano, por su coeficiente ELO.
La inconsistencia e inseguridad en su juego estaban, lamentablemente, de vuelta; sin embargo, al igual que ha sucedido en varias ocasiones, Bruzón no demoró mucho tiempo en volver a los tableros y sus dos triunfos en el Torneo Zonal 2.3, desarrollado en Costa Rica y en la 8va edición del Festival Internacional de ajedrez, en Edmonton, le permitieron alcanzar dos objetivos importantes: la clasificación a la Copa Mundial, en Noruega y el aumento de su ELO.
Antes de que se moviera la primera pieza en Edmonton todos consideraban a Bruzón como el lógico favorito, porque la nómina de 10 jugadores realmente lucía débil, con la única excepción del veterano inglés Nigel Short (2682). Ningún otro ajedrecista llegaba a los 2600 puntos, así que esto introducía una dosis extra de presión para el cubano, pues estaba obligado a lograr 7,5 puntos, en las 9 partidas, para no perder ELO. Quizás otro se hubiera amilanado ante el reto; pero el tunero lleva años lidiando con ese tipo de presión, ya que la gran mayoría de los eventos en los que ha intervenido en los últimos tres años ha tenido esta característica.
El debut de Bruzón en la urbe canadiense—que ha acogido en dos ocasiones a los Juegos Panamericanos, en 1967 y 1999—fue con un triunfo más complicado de lo esperado ante el Maestro FIDE Dale Haessel, de solo 2171. Al día siguiente, el cubano enfrentó a Short, su rival más experimentado; aunque, curiosamente, esta fue la partida más fácil del evento. Short condujo las blancas y, en pocas jugadas, quedó en una posición muy inferior. Después del cambio de damas, el inglés prefirió rendir su rey, antes de continuar con un final de torres en el que estaba perdido por completo.
La victoria probablemente haya aumentado la confianza de Bruzón. En la tercera ronda no tuvo problemas para derrotar al joven canadiense de 14 años Richard Wang (2371) y, horas más tarde, firmó el empate ante el otro cubano presente en Edmonton: el Maestro Internacional Rodney Pérez (2364). El villaclareño ha cedido muchísimos puntos en su coeficiente y todavía busca la tercera norma con la que recibiría el ansiado título de Gran Maestro.
Bruzón siguió indetenible en las cuatro rondas siguientes. En la quinta fecha venció con blancas al canadiense Eric Hansen (2577), en 33 movimientos de una Apertura Catalana; luego, en la sexta jornada, tampoco tuvo que esforzarse frente al Maestro Internacional local Edward Porper (2424). El tunero llevó las negras y la presión de su dama, combinada con el caballo y la torre sobre el punto g2 fue suficiente para vencer la resistencia de su adversario, en solo 25 jugadas.
En la séptima ronda, Bruzón enfrentó al israelí Víctor Mikhalevski (2551). La partida tuvo algunas complicaciones en el medio juego, pero los dos peones libres del blanco, por las columnas “c” y “e”, fueron indetenibles. Con esta victoria, el cubano aseguró el primer lugar del certamen, ya que la ventaja sobre Short era insuperable. En Edmonton, los organizadores aplicaron un sistema de puntuación que podría expandirse—tal vez en un futuro no lejano—, porque parece más justo: el ganador de cada partida recibe 3 unidades, mientras que en las tablas solo se otorga un punto a cada ajedrecista. De esta manera se premia a los jugadores más combativos.
La excelente racha de Bruzón continuó en la penúltima fecha, cuando derrotó, con negras, al Maestro FIDE Maxim Doroshenko (2336), en 46 jugadas de una Defensa Benoni. En ese momento, el ELO en vivo del cubano sobrepasaba los 2700. Solo faltaba una ronda y el oponente de Bruzón parecía el menos peligroso: el Maestro Nacional Robert J. Gardner (2213), quien marchaba en la última posición del certamen, con 3 tablas y 5 fracasos.
Un triunfo le hubiera permitido a Bruzón ratificarse sobre los 2700; pero, tal vez, el tunero confió demasiado en la debilidad de su adversario y este logró un sorpresivo empate, tras una combinación que condujo al jaque perpetuo sobre el rey blanco. Esta no fue la mejor forma de terminar el torneo; aunque, de cualquier forma, el balance general fue positivo: siete éxitos, dos tablas y un aumento de 8,7 puntos en su ELO en vivo que sería ahora de 2698 unidades.
El próximo compromiso de Bruzón será el World Open de Arlington, en Estados Unidos. Esta será la primera presentación del cubano en ese país y, de acuerdo con declaraciones concedidas a Jit Online por el Gran Maestro Yuniesky Quesada, quien ocupa la tercera posición del ranking cubano, por su ELO de 2639, el evento se jugará por el Sistema Suizo, a nueve rondas.
En este certamen tal vez Bruzón alcance los puntos que necesita para retornar al cada vez más amplio grupo de jugadores con un ELO superior a los 2700 puntos. El tunero ya ha estado allí, pero ha caído en dos ocasiones. ¿Podrá mantenerse esta vez sobre esa cifra? Las posibles respuestas a esa pregunta son las mismas de siempre: mayor confianza en sí mismo y una mejor selección de torneos.