En la final de la NBA, en 2011, ante los Dallas Mavericks, LeBron James fue el chivo expiatorio por el revés de los favoritos Miami Heat. Un año más tarde, frente a los Oklahoma City Thunders, James demostró ser el jugador más dominante del baloncesto y condujo al equipo floridano a su segundo título. En 2013, cuando solo faltan unas horas para el sexto juego del playoff, contra los San Antonio Spurs, ¿cuál “versión” del King James y de los Heat veremos sobre el tabloncillo?
Si analizamos los números, no es difícil comprender que James ha sido el mejor jugador de la final: líder en puntos, en rebotes (aunque Tim Duncan ha atrapado dos más) y en asistencias (incluso por delante de Tony Parker). A pesar de este desempeño individual, los actuales campeones están debajo en la serie y necesitan ganar dos desafíos, en casa, para mantener su corona. Esto me parece que será muy difícil de lograr.
Los Spurs han mostrado el valor de la experiencia y una extraordinaria puntería desde la línea de 3. Los 25 triples de Danny Green (un nuevo récord para las Finales) y los 12 de Gary Neal impulsaron a los tejanos y dejaron en evidencia los errores defensivos de Miami.
¿Reaparecerá el Big Three? Chris Bosh no ha tenido su mejor serie y, de seguro, el coach Erik Spoelstra está más que consciente que, sin el tridente en plena forma, el cerrojo defensivo que ha armado Greg Popovich volverá a detener a su equipo.
Para James, “el juego más importante es el 6. No podemos preocuparnos por el 7mo juego. Tenemos que preocuparnos por el 6to juego y llegar confiados en nuestro juego, llegar confiados en nuestra victoria”. Estas declaraciones se parecen muchísimo a las que concedió dos años atrás, cuando regresaron 2-3 de Dallas. Pero James y los Heat han pasado por mucho desde aquella fecha. Veremos entonces si pueden remontar…