Michel Enríquez Tamayo ya debutó con los Piratas de Campeche, en la Liga Mexicana de béisbol (LMB). En esa competición intervienen al menos otros 10 peloteros que se formaron en Cuba, pero ninguno de ellos juega actualmente en la Serie Nacional. Por tanto, Enríquez entrará en los libros de récords del béisbol cubano como el primer jugador que recibe autorización para insertarse en un evento profesional, sin haber pasado al retiro (Linares estuvo en Japón, entre 2002 y 2004, con los Dragones de Chunichi, pero nunca más participó en las Series). Realmente la noticia me parece fabulosa.
Enríquez disputó con la Isla de la Juventud la 52 edición de la Serie Nacional, donde su equipo tuvo una brillante actuación que le permitió concluir en la séptima plaza. El estelar tercera base no fue tenido en cuenta por el cuerpo técnico de la selección nacional, encabezado por Víctor Mesa, para el III Clásico Mundial y no creo que haya muchas intenciones de convocarlo a próximos torneos internacionales.
Cuando muchos pensaban que el llamado “Súper 12”—por el número que siempre ha llevado en el uniforme—estaba de vacaciones, llegó el sorpresivo anuncio: Enríquez fue contratado por los Piratas (no encontré en ningún sitio los términos del acuerdo económico) y permanecerá en ese equipo hasta agosto. Luego regresará a Cuba, para incorporarse a los entrenamientos de la Isla de la Juventud e intervendrá en la 53 Serie Nacional.
Este hecho, que hoy luce novedoso, podría convertirse en habitual, ojalá en un futuro no lejano. Creo que es el mejor camino (quizás el único) para tratar de desarrollar al deporte cubano. De lo contrario, continuaremos viendo, no sin dolor, cómo los atletas salen del país o “piden la baja”, para acogerse a la ley migratoria y reaparecen poco o mucho tiempo después, vistiendo los colores de un club o, incluso, de otra nación. La lista de ejemplo es cada vez más extensa (si alguien lo duda, analice el «caso Dayron Robles») y, ante este serio problema, no debería perderse más tiempo en adoptar decisiones que serán bienvenidas por atletas, fanáticos y especialistas.
De acuerdo con el sitio online Jit, la autorización a Enríquez, campeón olímpico en Atenas, 2004 y tres veces titular mundial (2001, 2003 y 2005), fue un reconocimiento a su destacada trayectoria como pelotero. Al leer esto, me saltó la duda sobre si estábamos en presencia de una “estrategia” o, sencillamente, era un caso más, parecido al del lanzador Pedro Luis Lazo, a quien también se le permitió jugar en México, “como reconocimiento a sus méritos”. Entonces, ¿qué dejamos para los otros peloteros? ¿Esperar a sobrepasar las tres décadas, para reunir “méritos suficientes”? Creo que ese no puede (o no debería) ser el mensaje.
Michel es la punta de la lanza de todo lo que debe venir después. No hay que desesperarse. De que otros también tendrás su oportunidad, de eso no hay duda. Solo hay que esperar. Ya el candado se rompió.
Plenamente de acuerdo, ya estamos en la serie del Caribe, vamos avanzando.
Saludos Lázaro! Sí, es un gran paso de avance (inesperado, porque de por medio estaba, sobre todo, el tema económico). Espero que sea el primero de otros movimientos imprescindibles para tratar de mejorar al béisbol cubano.
Saludos Fransi y gracias por comentar en mi blog, también quisiera ser optimista y pensar que más peloteros cubanos tendrán la posibilidad de insertarse en diferentes ligas, porque me parece una situación de ganar-ganar (ganan los peloteros [dinero], gana probablemente la Federación [dinero] y gana el béisbol cubano, porque es la única forma que tiene para desarrollarse.
Muy bueno este artículo Masjuan, del que ya hice un comentario en Cronodeportes. Tienes mucha razón. Ya en otros comentarios en otros sitios web expresé la opinión de que había que aprovechar el final de nuestra Serie Nacional para que nuestros peloteros salieran a jugar en los circuitos profesionales, el problema es la forma en que las autoridades deportivas manejaran este asunto.
Esta opción además del desarrollo que trae para nuestro beisbol, ofrecería buenos dividendos económicos tanto para los jugadores como para el país si se reparte con justicia sobre todo para el jugador.
Aparte de la opción de ir a Japón (de la que se ha estado hablando en los medios) pienso en la liga mexicana y en el beisbol de Canadá, este último no sé si se ha valorado por parte de las autoridades, pero sería un buen beisbol donde insertarse.
El mensaje que se está trasmitiendo como tu dices, no es el correcto. En realidad los diferentes equipos profesionales deberían negociar con Cuba cuando estén interesados en los servicios de determinado jugador y a su vez Cuba debería dar carta libre a los jugadores de la Serie Nacional para ser contratados sin entrar a analizar de si tiene méritos, trayectoria o condiciones para salir y todo esto sin miedo a las mal llamadas deserciones porque en definitiva eso es una opción que elige cada persona en su vida y el que se quiere ir al final se irá, eso es cuestión de cada cuál, pero no se puede seguir castigando a la gente por eso. Así que ojalá que esto sea el comienzo para integrarnos definitivamente en el beisbol profesional y que nuestro deporte nacional vuelva a ocupar el lugar que se merece. Un saludo
Un saludo Pandiame y gracias por tu comentario, con el que estoy muy de acuerdo. Ahora, me queda la misma duda, ¿cómo manejarán las autoridades deportivas este asunto? A partir de la respuesta a esa pregunta podríamos «pronosticar» el desarrollo del béisbol cubano en un futuro no muy lejano. En la lista de opciones (México, Venezuela, Canadá) también podemos incluir a Taipéi de China y Japón. Existen opciones, ahora falta dejar a un lado los temores…