Por segunda ocasión consecutiva el equipo cubano de ajedrez no jugará la Copa Mundial. La selección nacional era la amplia favorita para obtener el único boleto puesto en disputa en el Campeonato panamericano, efectuado en Sao Paulo; sin embargo, frente al tablero, hubo muchísima inestabilidad.
El favoritismo se debía a dos elementos esenciales: a diferencia de sus contrarios, los cubanos sí presentaron en Brasil a sus mejores hombres, entre ellos Leinier Domínguez (2723) y Lázaro Bruzón (2701) quienes lideran el ranking latinoamericano; además, estaban los otros dos jugadores de mayor ELO en el país: Yuniesky Quesada (2595) e Isán Ortiz (2595).
En el análisis resulta imprescindible añadir que ni Estados Unidos, ni Brasil presentaron a sus principales figuras. La enorme diferencia en el ELO promedio no se vio reflejada en la tabla final de posiciones y desde la primera fecha los cubanos comenzaron a mostrar señales preocupantes. El revés contra los norteños por 1,5 a 2,5 fue un mal inicio; aunque lo peor sucedió dos días más tarde, cuando los antillanos perdieron, por el mismo resultado, ante Brasil.
Las derrotas en estos matches prácticamente terminaron con las posibilidades de los cubanos de ganar el certamen y representar al continente en la Copa Mundial, prevista para Turquía, en diciembre. Todas las miradas críticas parecen concentrarse—y con razón— en el cuarto tablero, que volvió a ser una posición débil en el equipo. El holguinero Isán Ortiz cedió en dos ocasiones, primero frente a Samuel Shankland (2595) y luego contra el brasileño Everaldo Matsuura (2475). Por ahí se escaparon los puntos decisivos.
En la segunda vuelta del torneo, los cubanos reaccionaron, aunque ya era demasiado tarde. En el match más esperado, solo pudieron igualar a dos puntos frente a Estados Unidos y después triunfaron ampliamente sobre Uruguay y Brasil. En total alcanzaron 7 puntos—cada duelo ganado aportaba dos unidades—, mientras los estadounidenses concluyeron invictos, con 10 puntos de 12 posibles.
Bruzón aumentó en 3,2 puntos su coeficiente, mientras Leinier perdió 0,4; sin embargo, ninguno de los dos tuvo un gran torneo. Bruzón derrotó a los rivales más débiles; pero no pudo vencer la resistencia de los estadounidenses Ray Robson y Varuzhan Akobian.
En el primer tablero cubano, Leinier Domínguez concluyó invicto, con cuatro puntos de seis posibles. Quizás en otro torneo este hubiera sido un buen resultado; pero en el Panamericano 2013 se esperaba mucho más de él.
Quesada también hizo cuatro puntos, en las seis partidas jugadas y añadió un punto a su coeficiente. Ortiz cedió casi 10 puntos ELO, por causa de sus dos derrotas. Los cubanos solo perdieron dos de las 24 partidas desarrolladas; sin embargo, los fracasos de Ortiz y las tablas frente a rivales inferiores influyeron en el pobre resultado obtenido por la selección nacional.
Esta fue la tabla final de posiciones del Campeonato panamericano: 1) Estados Unidos, 10 puntos; 2) Cuba, 7; 3) Brasil, 6 y cerró el pequeño listado Uruguay, con apenas una unidad.
FINAL NACIONAL, ¿SIN LEINIER DOMÍNGUEZ?
En Santa Clara concluyó la semifinal nacional, con el triunfo de Holden Hernández, gracias a un impresionante repunte en la segunda parte del torneo. El Gran Maestro de Güines logró 6,5 puntos, la misma cantidad que el Maestro internacional villaclareño Diasmany Otero (2461).
Los otros tres ajedrecistas que avanzaron a la discusión de la corona fueron: Liordis Quesada, Carlos Hevia y Ermes Espinosa, todos con seis unidades. Por detrás quedaron Rider Díaz, Omar Almeida y Elier Miranda, con 5,5 puntos; mientras Aramís Álvarez y Yuri González decepcionaron, porque solo llegaron a 5 unidades. El veterano Jesús Nogueiras hizo 4,5 y cerró la tabla Arturo Fernández, con 4.
La gran final reunirá, nuevamente en Santa Clara, a 10 ajedrecistas, entre el 6 y el 15 de febrero. Inicialmente jugarían los cinco integrantes del equipo olímpico (Domínguez, Bruzón, Quesada, Ortiz y Yusnel Bacallao), más los cinco que obtuvieron un boleto en el torneo semifinal; pero reportes desde la sede del certamen indican que, probablemente, Leinier Domínguez, el actual campeón cubano, no participe. Esta sería una pésima noticia para los amantes del ajedrez y, además, le restaría credibilidad al evento.