Los Baltimore Ravens están de regreso en el Súper Bowl. Doce años después de que un muy joven Ray Lewis liderara al equipo en la victoria sobre los New York Giants, la franquicia volverá a jugar el partido más importante de la NFL.
Pocos esperaban que los Ravens llegaran hasta el Súper Bowl. No eran favoritos en su división; tampoco contra los Denver Broncos y mucho menos frente a los New England Patriots. No obstante, lograron sobrepasar cada obstáculo.
“Salir con vida” de Foxborough nunca ha sido una tarea fácil y no pensé que los Ravens podrían contra la ofensiva de los Patriots; sin embargo, el “milagro” volvió a ocurrir y Tom Brady falló nuevamente a la hora cero (320 yardas, en 54 intentos y dos intercepciones).
El triunfo por 28 a 13 fue menos complejo de lo esperado. Los Patriots tomaron la delantera y llegaron al descanso con ventaja de 13 a 7. En la segunda mitad, la defensiva de los Ravens detuvo cada intento de Brady; mientras, el mariscal Joe Flacco lanzó tres touchdowns (dos de ellos cayeron en las manos de Anquan Boldin).
Brady lo intentó, una y otra vez, pero no era su noche. No puedo imaginar un mejor retiro para Ray Lewis que el hecho de levantar el trofeo “Vince Lombardi”, aunque, para que eso ocurra, en el Luisiana Superdome, de Nueva Orleáns, los Ravens tendrán que terminar con el invicto de los San Francisco 49ers en el Súper Bowl. Será un duelo interesantísimo, entre los hermanos Harbaugh.