La gira del béisbol cubano por Japón comenzó de la misma manera que en Taipei de China: con una lechada. El talentoso cuerpo de lanzadores nipón dominó sin complicaciones a la ofensiva antillana y en nueve entradas apenas recibió tres indiscutibles.
Faltan menos de cuatro meses para que comience el III Clásico Mundial, donde Cuba y Japón quedaron incluidos en el mismo grupo. Quizás sea demasiado prematuro para «pronosticar», pero si este staff, donde faltan algunos lanzadores que estarán en el Clásico (Yu Darvish prefirió concentrarse en su preparación con los Rangers, lo mismo hizo Iwakuma; mientras Daisuke Matsuzaka ha decaído notablemente), lució tan bien en el primer desafío ante Cuba, ¿qué esperar para marzo de 2013?
Fue un partido cerrado, al igual que frente a la selección nacional de Taipei. El director Víctor Mesa volvió a entregarle la pelota a Yadier Pedroso y otra vez el habanero no se presentó en la mejor forma. No fue un desastre, pero el cuadrangular de Sumitani, en el segundo inning, resultó decisivo.
Lo más preocupante fue la gran cantidad de ponches (9) y las pocas oportunidades ofensivas creadas por una alineación que se parece mucho a la que veremos en el III Clásico. Los lanzadores cubanos hicieron lo suyo (muy bien Leandro Martínez); aunque esta vez un fallo defensivo de José Miguel Fernández, en la segunda base, influyó en la segunda anotación japonesa. Sin dudas, esa posición es la más débil para Cuba.
La gira asiática del béisbol cubano marcha 2 a 2; sin embargo, los dos reveses han sido frente a «versiones» de equipos nacionales. Queda un único desafío que determinará el balance final en ganados y perdidos; aunque creo que para los que seguimos la pelota cubana el global ha sido, sobre todo, aclaratorio: acabamos de entender que, en la situación actual de la pelota cubana, es imposible aspirar a triunfar en el Clásico, incluso cuando falten estrellas y otras tomena ese evento como un entrenamiento más.
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Cobertura jugada por jugada, realizada por el diario Juventud Rebelde