Ya era hora, dirían no pocos. Después de ocho fracasos consecutivos en la pre-temporada y cuatro derrotas más en el campeonato regular, Los Ángeles Lakers decidieron que Mike Brown era la principal causa de sus problemas y despidieron al entrenador.
La paciencia no parece ser una de las características de la directiva de la franquicia más mediática de la NBA. Un día el propietario Jerry Buss dice que todo anda bien con Brown y horas más tarde se filtra que el coach perdió su trabajo. Los Lakers invirtieron millones de dólares para traer a Dwight Howard y Steve Nash; sin embargo, nada ha funcionado y esto sí es responsabilidad de Brown.
Howard fue claro en sus palabras: «Aún estamos averiguando cómo jugar uno con otro. Aún no sabemos donde hacer nuestros lanzamientos ni cómo actuar todos juntos. Hay mucho ruido a nuestro alrededor, así que cuando todo se calme será más fácil para nosotros tener la menta clara y hacer las cosas bien», señalaba el pívot. Mientras, Kobe Bryant no habló, al menos públicamente; sin embargo, las cámaras de la televisión captaron la mirada despectiva que le dirigi{o al entrenador cuando este le pasó por delante y ya sabemos que los Lakers se guían por lo que diga el que todavía es considerado el mejor jugador de baloncesto del mundo.
¿Despertarán los Lakers? Su nómina es muy completa, porque hasta el ex Ron Artest puede aportar y el retorno de Nash traería de regreso la disciplina en la ofensiva; pero el tiempo perdido en la pre-temporada es difícil de recuperar. Eso no lo puede resolver, en horas, el hombre que sustituya a Brown.
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