Probablemente el Gran Maestro Leinier Domínguez nunca antes había pasado un cumpleaños tan agitado. Solo una vez en la vida se llega a los 29 años y, de seguro, existen mejores maneras de pasar el día que enfrentando al retador de la corona mundial de ajedrez. El veterano israelí Boris Gelfand, con un ELO de 2738 puntos, fue el tercer rival del cubano en el Grand Prix de Londres.
Leinier condujo las blancas y volvió a seleccionar 1.e4. Gelfand no lo pensó dos veces para plantear la Defensa Siciliana, variante Sveshnikov, con la que obtuvo muy buenos resultados en el match por el título del orbe, ante el indio Viswanathan Anand.
Después de la apertura, Leinier trató de explotar algunas alternativas con su alfil y su caballo, los que presionaban las dos torres rivales; sin embargo, el israelí activó la pareja de alfiles y entonces llegaron más cambios de piezas. En la jugada 25, Gelfand decidió entregar el peón de d6; pero Domínguez no pudo aprovechar esta ventaja material, porque el alfil negro bloqueó, con sus movimientos entre las casillas c3 y d4, cualquier intento del blanco por mejorar la posición de la torre.
No había nada más que hacer, pues ninguno de los dos parecía dispuesto a forzar la partida, así que repitieron jugadas y firmaron las tablas en la jugada 36. Este fue el tercer empate de Leinier en Londres y, sin dudas, el menos difícil de todos.
Domínguez, a sus 29 años recién cumplidos, se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera. Con un ELO en vivo de 2734 puntos—por las unidades obtenidas en la Olimpiada de Estambul—y el vigésimo lugar en el ranking mundial, el cubano ha demostrado, una vez más, que es un jugador de la elite.
EL ATAQUE DE MAMEDYAROV
La partida entre los dos participantes de menor edad en el torneo terminó muy rápido. El holandés Anish Giri había lucido bien en sus dos primeras presentaciones en la capital británica; sin embargo, en su duelo contra el azerí Mamedyarov mostró cuánto le falta por aprender.
El rey de Giri quedó atrapado por un fulminante ataque de su adversario, que concluyó con el aplastante 21.e6. La casi nula movilidad de las piezas del holandés, más la presión de la dama, torre, caballo y alfil de Mamedyarov decidieron el cotejo.
Las restantes cuatro partidas culminaron con la división del punto. Todas las miradas estaban centradas en Vassily Ivanchuk, pues no es un secreto que, después de una derrota—cedió ante Peter Leko—el ucraniano suele atravesar por serios problemas en sus siguientes cotejos. No obstante, “Chucky” pactó la paz sin grandes sustos contra el inglés Michael Adams.
El estadounidense Hikaru Nakamura ha sido el jugador más combativo del certamen. Frente a Peter Leko llegó a una final de torres, con peón de ventaja y trató de explotar esa mínima diferencia. La posición parecía muy favorable para él. Quizás, si hubiera realizado 61.a6, el resultado habría sido diferente; pero el norteño equivocó el plan y el húngaro se las arregló para entablar.
Otro con mucha suerte fue el chino Wang Hao. El ruso Alexander Grishuk estaba tan cerca del triunfo que “olvidó” el reloj y entró en un enorme apuro de tiempo. Esto le impidió encontrar la combinación ganadora y, en la jugada 43, finalmente aceptó el empate.
Por último, Veselin Topalov y Rustam Kasimdzhanov jugaron casi de “memoria” y en menos de una hora y media acordaron las tablas. Después de tres rondas, Gelfand, Mamedyarov y Leko lideran con dos puntos. Luego se ubican seis ajedrecistas—entre ellos Domínguez—con 1,5 unidades, y cierran Giri, Ivanchuk y Kasimdzhanov, con un solo punto.