La última ronda de la Olimpiada de ajedrez, en Estambul, volverá a ser muy tensa, no solo para las selecciones que ocuparán las primeras mesas, donde se discutirá el título del evento, sino también entre las que lucharán por mejorar su posición en la tabla.
El equipo masculino cubano llega a la fecha conclusiva ubicado en la posición 18. Quizás muchos esperábamos un poco más; pero la actuación pudiera considerarse como aceptable, sobre todo por el excelente rendimiento que han tenido los dos mejores jugadores del país: Leinier Domínguez (2725 puntos de coeficiente ELO) y Lázaro Bruzón (2713).
Domínguez aseguró, antes de partir para la cita turca, que sería mucho más combativo y los resultados corroboran su afirmación. En total ha ganado cinco partidas, con tres tablas y un único revés. Además, frente a los jugadores de más de 2700 tiene un récord positivo: triunfos consecutivos sobre el letón Alexei Shirov (2706) y el indio Krishnan Sasikiran (2707) y una derrota, ante el inglés Michael Adams (2722).
El tunero Lázaro Bruzón buscará, en la ronda del adiós, incluirse entre los medallistas del segundo tablero. En estos momentos marcha en la quinta posición, con ocho puntos, en diez partidas, para un rating performance (el que decide las preseas) de 2758 unidades. Bruzón sigue invicto y contra ajedrecistas de más de 2650 alcanzó un triunfo, frente al indio Pentala Harikrishna (2685) y firmó dos tablas, ante el inglés Gawain Jones (2653) y el francés Laurent Fressinet (2714).
En el tercer tablero, Yuniesky Quesada no ha jugado una buena Olimpiada (5,5 unidades, en nueve partidas), y dejó escapar valiosos puntos, contra adversarios inferiores. Mientras, los dos debutantes, Yusnel Bacallao e Isán Ortiz, han tenido rendimientos similares: cuatro puntos y ambos pierden unidades en sus coeficientes.
El rival de los cubanos en la despedida será Eslovenia. Este equipo tiene un ELO promedio de 2589 y sus principales figuras son: Luka Lenic (2640) y el veterano Alexander Beliavsky (2609). Un triunfo garantizaría a la selección nacional un puesto entre los 15 primeros de la Olimpiada.
Después de diez rondas, tres equipos aparecen igualados en la cima del torneo Abierto, todos con 17 puntos: China, Armenia y Rusia, por ese orden, de acuerdo con el sistema de desempate. Todos los matches serán decisivos; aunque, de seguro, casi todas las miradas estarán centradas en la primera mesa donde los campeones de 2010, los ucranianos (16 puntos), tratarán de derrotar a los chinos. Además, Armenia chocará contra Hungría y Rusia cerrará ante Alemania.
LAS CUBANAS, POR EL MEJOR FINAL
El repunte llegó un poco tarde; pero al menos los dos triunfos consecutivos, en la novena y décima ronda, posibilitaron que el equipo femenino cubano avanzara en la tabla, hasta el puesto 22.
Esta vez ellas sí aprovecharon sus enfrentamientos contra rivales inferiores (Montenegro y Suiza) y tratarán de extender esa racha en su duelo final contra Colombia. Si vencieran a las sudamericanas, concluirían entre los 20 primeros lugares, una actuación muy distante del cuarto puesto de 2010; aunque sí de acuerdo con el ELO promedio del equipo.
De las cinco integrantes de la selección, solo Lisandra Ordaz—quien ha enfrentado a las jugadoras de mayor fuerza—no ha cedido puntos en su ELO. Por ejemplo, en el segundo tablero, Sulennis Piña perdería 23 puntos; mientras la líder del ranking nacional, Oleiny Linares, dejó escapar más de 17 unidades, la veterana Maritza Arribas disiparía 15 y la debutante Lisandra Ordaz abandonaría Estambul con cinco unidades menos en su coeficiente.
La Olimpiada femenina parecía decidida, porque las chinas tenían una clara ventaja sobre las rusas; sin embargo, en la décima ronda, las asiáticas sorpresivamente empataron su match contra Kazajstán. Esto se combinó con el triunfo de Rusia para provocar un empate en puntos (17) en la cima; aunque las chinas mantienen el primer lugar, por el sistema de desempate. El título se discutirá en los encuentros China vs. Ucrania y Rusia vs. Kazajstán.
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