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Melky Cabrera: tampoco existen milagros en la MLB


Quizás Melky Cabrera haya pensado: “si Ryan Braun escapó, ¿Por qué no yo?” Entonces el jardinero de los Gigantes de San Francisco decidió que la mejor manera de revitalizar una mediocre carrera era probar fortuna con una sustancia “desconocida”, nada menos que la testosterona.

Los resultados del dopaje fueron inmediatos. Cabrera había lucido muy poco con los Yankees,  Bravos y Reales. De repente, como un “milagro” que tal vez le hubiera dado algún premio al final de la temporada, el jugador comenzó a ver mejor la pelota. Su promedio aumentó, la producción de impulsadas también  y hasta reaparecieron los cuadrangulares.

Cabrera fue regular en el Juego de las Estrellas 2012 y por su actuación allí recibió el trofeo al Jugador Más Valioso. Todo iba bien y los Gigantes parecían satisfechos con el cambio de Jonathan Sánchez por Cabrera. La ofensiva había regreso a un equipo que posee un profundísimo staff de lanzadores. El título del Oeste estaba al alcance, después de que concluyó el ímpetu inicial de los Dodgers…Entonces sucedió la peor pesadilla para los campeones de la Serie Mundial de 2010: Cabrera dio positivo en un examen antidopaje.

Las sanciones de la MLB clasifican entre las más leves de todos los deportes, porque la primera infracción solo se paga con 50 partidos; mientras que un velocista, nadador, pesista o tenista tendría que estar 2 años sin competir. En fin, Cabrera recibió un castigo de 50 desafíos, por lo que se perdería la parte final de la temporada regular y solo regresaría en un difícil viaje de los Gigantes a la Serie Mundial.

Pero la “saga Melky Cabrera” no termina en la sanción. Sus representantes-amigos-asociados parece que estudiaron bien el caso de Braun quien acudió a un tecnicismo para salvarse por los “pelos” de una suspensión de 50 encuentros y una posible devolución de un injusto título de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional 2011. Uno de estos “asociados” compró, por 10 mil dólares, un sitio web en el que “se vendería” la sustancia que, “por equivocación” tomó Cabrera.

Esta era la defensa de Cabrera; pero increíblemente – al menos para mí- la MLB estaba detrás del caso y descubrió, mediante una investigación, el fraude con el sitio web. Por tanto, ya sin el argumento del “error”, Melky Cabrera tuvo que aceptar el castigo. Su caída demuestra que en las Mayores no existen los “milagros legales”. No es posible, quizás no solo en el béisbol, que un atleta mediocre, de la noche a la mañana, se convierta en una estrella. Cuando esto sucede, necesariamente tenemos que cuestionarnos si detrás de un gran promedio ofensivo, un disparo de bala impresionante, o un ritmo de brazadas fuera de serie no se esconde el dopaje.

 

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