La imagen de la selección cubana no mejora ni siquiera con una victoria en la Semana beisbolera de Haarlem. Nada parece haber cambiado entre esta edición del equipo y versiones anteriores. Realmente poco importa quién esté como director, porque se repiten los mismos errores de antaño: improvisación, pésimo bateo y una inseguridad cada vez más visible.
Las críticas han “llovido” sobre Víctor Mesa y el equipo. Algunos piden más tiempo para la directiva—estoy dentro de ese grupo—; pero realmente los resultados han sido muy malos. Esta, supuestamente, es la base del plantel que jugará en el Clásico Mundial 2013 y aunque imagino que para ese evento los jugadores estén más motivados, lo cierto es que en Haarlem, en lugar de respuestas, nos hemos quedado con demasiadas interrogantes.
Analicemos el hecho más reciente: Cuba derrotó 2 carreras por 1, a Taipéi de China. Esta fue la primera victoria de la selección nacional que “se mantiene” con vida en un torneo donde solo Holanda presentó a su equipo nacional. Durante ocho capítulos el abridor Che Fan Meng contuvo a la “poderosa” alineación cubana y solo un desliz frente al mejor bateador antillano, Frederich Cepeda, le costó el partido.
Víctor hizo lo que se esperaba: volvió a mover la alineación. Guillermo Heredia subió al primer turno, mientras Rusney Castillo descendió al segundo. Cepeda ocupó el puesto que se ha ganado: cuarto bate; mientras Yuliesky Gourriel—nadie se explica por qué—siguió como tercero. Pestano regresó a la titularidad, al igual que Rudy Reyes. Odrisamer Despaigne fue el abridor.
¿Resultado? El mismo de jornadas anteriores. Poco bateo y nerviosismo con los lanzadores relevistas. Por ejemplo, en el tercer inning, los cubanos colocaron a dos hombres en circulación, pero fallaron de forma consecutiva Despaigne y Abreu. Luego los asiáticos tomaron la delantera, gracias a la ya habitual ineficiencia defensiva de Rudy Reyes que no es segunda base, al igual que tampoco lo es Aledmis Díaz. Reyes tiró mal a primera y así se inauguró el marcador.
Lo peor del encuentro vino después de esa anotación: en una flagrante violación de la más elemental táctica beisbolera, Víctor Mesa trajo como primer relevista…a Yadier Pedroso, considerado su primer abridor, un hombre que había trabajado en la inauguración del certamen. Una vez más, ¿de qué especialización del pitcheo se habla en Cuba? ¡Horrible selección del mentor cubano!
En el octavo, el lanzador de Taipéi cometió un serio error: Gourriel recibió base por bolas y el coach fue a conversar con su pitcher. Ese diálogo no fue fructífero, porque un minuto más tarde, el bateador más completo de la pelota cubana, el único que ha “sacado la cara” en Haarlem—también en el tope contra Estados Unidos en La Habana—, Frederich Cepeda, sacó la pelota por el jardín derecho e impulsó las dos carreras decisivas.
Más tarde, en el noveno, hubo un susto final, porque Víctor, en lugar de traer a su cerrador Pablo Millán Fernández, al inicio del capítulo, como aclara ese “librito” nunca escrito, pero sí bien conocido en el béisbol, prefirió mantener en el box al “relevista” Ismel Jiménez. Al espirituano le dieron un jit. Allí entró a trabajar el zurdo Norberto González, quien concedió una base por bolas. Entonces, solo entonces, Víctor le dio la pelota a Millán. El cerrador hizo lo que se esperaba de él: forzó a una jugada de doble play que puso fin al sufrimiento.
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