El Barcelona es un equipo muy superior al Chelsea inglés; pero como sucede en todos los deportes, al final siempre se recuerda el resultado. Por tanto, cuando, en un futuro no lejano, un fanático del fútbol revise la historia de la temporada 2011-2012 de la Liga de campeones de la UEFA, pues encontrará que, en el partido de ida de la semifinal, el club de Londres triunfó 1 gol por 0.
¿Posesión del balón? De acuerdo, 70% para los culés. ¿Total de toques? La ventaja fue superior a los 400. ¿Catenaccio inglés al peor estilo italiano? Esa fue la vía, posiblemente la única, que encontró el técnico Roberto di Mateo para detener al mejor equipo del mundo.
Probablemente di Mateo haya aprendido bien la lección que impartió José Mourinho, dos años atrás, cuando el portugués aplicó la misma fórmula contra los blaugrana, en aquel inolvidable partido en el Camp Nou. Los del Inter de Milán dejaron una pésima imagen; pero avanzaron. Ahora el Chelsea solo tuvo una oportunidad y la aprovechó.
Todo el mundo sabe que, en el Camp Nou, el Chelsea de seguro volverá a cerrarse atrás, para impedir a toda costa un gol culé. Así que lo interesante será ver qué estrategia empleará Pep Guardiola. En Stamford Bridge su equipo tuvo más de cinco claros disparos a gol. Ninguno entró; pero tal vez lo más preocupante sea que, en determinados momentos, el club más ofensivo del mundo se vio sin ideas.
Los “blues” cerraron el centro, doblaron la presión sobre Messi y, de esta manera, forzaron a algunos pelotazos al área, donde los altos defensores del Chelsea casi nunca tuvieron problemas para llegar primero al balón.
Marcador final: 1 a 0. ¿Injusto? Por supuesto; pero la “injusticia” no va a los libros de récords. Entonces, el Barcelona sabe que tendrá que innovar en el Camp Nou; pero antes de llegar al partido de vuelta afrontará un “buen entrenamiento”, contra el Real Madrid, un equipo que, quizás, recurra al mismo esquema del Chelsea.