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Alianza para el regreso olímpico


Después de décadas de relaciones complicadas, las Federaciones internacionales de béisbol y softbol finalmente comprendieron que el regreso de ambas disciplinas al programa oficial de los Juegos olímpicos dependía de una alianza. El acuerdo ha tardado mucho en concretarse; pero todavía hay tiempo para soñar con un posible retorno a la cita estival de 2020.

El béisbol y el softbol quedaron excluidos de las Olimpiadas luego de Beijing, en 2008. Ambas federaciones no tuvieron éxito con sus propuestas para regresar a la edición de Río de Janeiro y estos fracasos influyeron en la determinación de buscar un consenso.

Ahora la idea parece ser presentarle al Comité olímpico internacional (COI) una propuesta en la que el softbol aparezca como una modalidad de la pelota. De esta manera quedaría eliminada una de las objeciones en contra de los dos deportes: la no inclusión de representantes del otro sexo. El boxeo enfrentó un problema similar y en la capital británica debutará, con tres divisiones, la versión para mujeres.

El entendimiento ya tuvo un avance en el Consejo olímpico de Asia, donde se aprobó la presencia del softbol como disciplina del béisbol y las dos competirían en los Juegos asiáticos de 2014. Estas acciones pretenden consolidar la posición de las Federaciones que, aunque unidas, continuarán manejando sus competencias de forma autónoma. El gran objetivo es, sin dudas, demostrar a los delegados del COI que el béisbol-softbol es la mejor opción entre los siete deportes que también quieren participar en la cita de 2020.
Al analizar la lista de “contendientes”—karate, patinaje, squash, wakeboard, wushu y la escalada de paredes— no es difícil comprender que el béisbol-softbol tendría grandes oportunidades de triunfar; pero todavía existen determinados asuntos sobre los que no se tiene una amplia claridad y que podrían impedir la tan añorada reinserción.

El gran tema que incidió en la salida del béisbol fue la negativa de la Major League Baseball (MLB) a participar, con sus mejores figuras, en las citas estivales. A partir de los cambios introducidos en el olimpismo desde finales de los años ochenta, todos los deportes del programa oficial—con la excepción del fútbol—han llevado a los Juegos a sus principales atletas. La última especialidad en unirse a esta tendencia fue el baloncesto y por siempre se recordará el “Equipo soñado” de la NBA que ganó el título en Barcelona, en 1992.

Ese mismo año el béisbol debutó en la Ciudad Condal. En realidad la pelota tuvo calidad en las cinco convocatorias oficiales y el público llenó los estadios—especialmente en Atlanta, en 1996—; sin embargo, los delegados del COI utilizaron la negativa de la MLB como un elemento de presión y la historia es conocida: en 2007 se produjo la anunciada salida de la pelota.

En esta decisión también pudieron influir otros intereses de los delegados, sobre todo europeos. Ellos consideraban imprescindible reducir el presupuesto de los Juegos y como el béisbol repartía solo un título y cada equipo intervenía con 24 jugadores, pues era un candidato perfecto para quedar fuera. A esto se agrega que los europeos tenían muy pocas posibilidades de conquistar una medalla en ese deporte.
¿Qué pudiera cambiar con vistas a 2020? El presidente de la Federación, el italiano Ricardo Fraccari, ha presentado un panorama más optimista. En una de sus visitas a La Habana declaró que cuando él asumió la titularidad, “había un divorcio muy grande entre el béisbol internacional y las organizaciones profesionales. Hoy el panorama es diferente”.

Ese mejor ambiente quedó demostrado en el último congreso de la Federación, celebrado en Dallas, en diciembre de 2011. En el encuentro se aprobó un nuevo plan de torneos internacionales que “acercó al béisbol a los estándares de otras Federaciones”. De acuerdo con el presidente, la MLB estaría comprometida con el objetivo de colocar otra vez al béisbol en el programa olímpico; pero, ¿ese comprometimiento significaría la autorización para que los equipos cedan a sus estrellas?

Mientras esa idea no esté absolutamente clara, siempre existirá un recurso de mucho peso en contra del béisbol. No importa que, como asegura la Federación internacional, la pelota olímpica le agregue valor a los Juegos, más allá del comercial, sino con ideales como la inclusión, la tradición, el espíritu deportivo y la excelencia.

En septiembre de 2013 el COI decidirá cuál deporte recibe un puesto en el programa de la cita estival de 2020. Las Federaciones de béisbol y softbol intensificarán la campaña y ojalá sus argumentos encuentren oídos receptivos; pero el resultado final de ese esfuerzo dependerá—y no poco—de la postura que adopte la MLB. Hasta ahora, a los directivos de las Grandes Ligas no les ha interesado el béisbol olímpico, tal vez porque no vean ningún negocio en él, entonces, ¿variarán su posición?

Publicado en CubaSí

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