Houston nunca había jugado un partido de play off y después de sus tres derrotas consecutivas al final de la temporada regular, realmente no mucho se atrevieron a considerarlos favoritos en su duelo ante los Cincinnati Bengals; sin embargo, en el Reliant Stadium los campeones del sur de la Conferencia americana tuvieron una tarde casi perfecta, mientras el mariscal de campo de los Bengals, Andy Dalton, lució más que nunca un novato.
El triunfo por 31-10 de los Texans en realidad no fue tan fácil como lo muestra el marcador y los Bengals tuvieron opciones hasta que Dalton lanzó todo tipo de pases a las manos de los defensores locales. Las cosas comenzaron bien para Cinci, gracias a la corrida de Cedric Benson. Luego vino el empate por la acción de un inspirado Arian Foster que volvió con mucha fuerza, después de tener una temporada llena de lesiones.
No obstante, los Bengals tomaron la delantera por un gol de campo de Mike Nuggent y la primera mitad hubiera terminado con un empate; pero ahí apareció un horrible Dalton…Su pase fue interceptado por J.J Watts y con ese touchdwon defensivo terminaron las esperanzas de los Bengals. En la segunda mitad los Texans dominaron por completo y las dos grandes estrellas del equipo, el recibidor abierto André Johnson y Foster se combinaron para apoyar al mariscal novato T.J. Yates quien lució bien y no cometió serios errores. Yo fui de los que pensó que tras las lesiones de los dos mariscales titulares, los Texans estaban descartados; sin embargo, siguen con vida.
Foster corrió 153 yardas, con 2 TD y Johnson capturó 5 pases, para 90 yardas y una anotación; mientras, del otro lado, Dalton recibió 4 sacks y tiró 3 intercepciones. Peor imposible. En Texas supongo que muchos hubieran preferido ver a los Dallas Cowboys en los play off; pero son los Texans lo que todavía sueñan con el Súper Bowl.