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Un siglo de fútbol en Cuba

Foto tomada en 1907. En este estadio se jugó el primer desafío oficial del fútbol en Cuba, en 1911 (Foto tomada del blog Fútbol cubano)
Foto tomada en 1907. En este estadio se jugó el primer desafío oficial del fútbol en Cuba, en 1911 (Foto tomada del blog Fútbol cubano)

El 11 de diciembre es un día especial para el fútbol cubano, por una histórica razón: un siglo atrás, en el desaparecido Campo de Palatino, que estaba localizado en el Cerro, se desarrolló por primera vez un partido oficial de fútbol. Los protagonistas fueron los equipos Hatuey y el Rovers.

Para reconstruir algunos de los primeros momentos del fútbol en Cuba, nos basaremos en un interesante artículo de Santiago Prado, publicado en el número 49 de la revista Temas, en 2007. De acuerdo con este investigador, el balompié, que es la traducción literal del inglés football, comenzó a practicarse en La Habana.

Como sucede con muchas modalidades deportivas en Cuba, los inicios del fútbol no parecen estar claros, pues algunos aseguran que fueron los ingleses quienes lo introdujeron; sin embargo la versión más aceptada fue la que fijó, en 1907, el surgimiento del primer equipo, conocido como Sport Club Hatuey, un nombre que nos recuerda al cacique taíno que murió en la hoguera, sin aceptar la dominación española.

Dos años más tarde, en 1909, ciudadanos ingleses que estaban radicados en La Habana crearon al Rovers Athletic Club, el segundo equipo de balompié que existió en Cuba. Precisamente el Hatuey y el Rovers protagonizaron el primer partido oficial, en 1911; pero antes de llegar a ese momento creo que es curioso rememorar que en febrero de 1910 se produjo un juego “internacional”, entre marineros de un buque inglés que visitaba a La Habana y el Sport Club Hatuey. Ya sabemos que los ingleses vivirán por siempre orgullosos de reconocerse como los inventores del fútbol; sin embargo, en la capital cubana esos marineros se llevaron una nada agradable sorpresa, después de que los jugadores del Hatuey perforaron en ocho ocasiones su portería.

El Rovers fue el segundo club en Cuba. Según algunos historiadores, la iniciativa partió del inglés William Campbell quien compró un terreno en Capdevilla y en parte de ese sitio jugaba el Rovers; mientras en el otro espacio se construyó una casa club, un parque infantil, así como campos de golf y tenis.

Entonces llegamos hasta el 11 de diciembre de 1911. Esa tarde se enfrentaron el Sport Club Hatuey contra el Rovers Athletic Club, en el desaparecido Campo de Palatino, ubicado en el Cerro.

Probablemente antes de esa fecha se celebraron otros desafíos de fútbol en nuestro país; pero como sucede con el béisbol, en el que se acepta el 27 de diciembre de 1874 como fecha del primer juego, porque fue descrito por la prensa, pues en el fútbol cubano se reconoce al encuentro del 11 de diciembre.

El árbitro del duelo entre el Hatuey y el Rovers fue Forrester, un apellido, por supuesto, inglés. De seguro hubo una fuerte lucha por la victoria; aunque solo cayó un gol y este lo marcó el capitán del Rovers, Jack Orrs. De esta manera, Orrs y el Rovers entraron en la historia del fútbol en Cuba.

Aunque el béisbol era, desde finales del siglo XIX, la principal pasión deportiva cubana en la década del veinte el fútbol tuvo tanto auge, no solo en La Habana que, incluso, compitió en el gusto popular con la pelota.

Uno de los elementos que nos permite comprender mejor el aumento del interés por la práctica del balompié fue la creación de múltiples equipos, sobre todo en las sociedades españolas establecidas en la capital cubana. Estas selecciones jugaban campeonatos en diversas categorías y, de acuerdo con Santiago Prado, en su artículo publicado en la revista Temas, en 2007, hacia la segunda mitad de la década del veinte existían, solo en La Habana, más de 40 equipos y de ellos el más exitoso era el Iberia Football Club. Prado, en su investigación, también reconoce que fue por esta época que Cuba se adscribió a la Federación internacional de asociaciones, más conocida por sus siglas, la FIFA.

Era tanto la efervescencia por el fútbol que el profesor Roberto González explica en su libro “La Gloria de Cuba” que ese deporte importaba jugadores que cobraban casi lo mismo que los peloteros y para sus juegos se reservaban los mejores turnos en el estadio Almendares Park, por lo que esto obligaba a la Liga profesional a disputar los partidos dominicales a las 10 de la mañana, que lógicamente no era el horario más propicio; mientras el fútbol acogía sus partidos en la tarde, porque recaudaba más dinero en las taquillas.

El ambiente futbolístico en La Habana atrajo la atención de importantes clubes y en los años veinte pasaron por los estadios de la capital selecciones con muchísima historia como los españoles Deportivo Español y los ya famosos Barcelona y Real Madrid; además, también jugó aquí el Nacional de Uruguay. Recordemos que esa fue una de las épocas de oro del fútbol uruguayo que ganó las primeras ediciones de la Copa Sudamericana, que hoy conocemos como Copa América y también obtuvo el oro en las Olimpiada de 1924, en París y 1928, en Ámsterdam.

Si en un inicio en los clubes habaneros predominaban los futbolistas españoles, sobre todo porque algunas sociedades hispánicas no permitían el ingreso de atletas que no fueran ibéricos, el investigador Prado aseguró que en los finales de la década del veinte fue cada vez más visible la incorporación de cubanos  a esas selecciones.

Un hecho que marcó el desarrollo del fútbol cubano en la primera parte del siglo XX fue la celebración, en La Habana, de los II Juegos Centroamericanos, en 1930. Para ese evento se construyó el estadio La Tropical y hubo una amplia campaña propagandística que permitió la conformación de una fuerte selección nacional. Prado lo llama un “intento de cubanización del balompié” que tuvo como un cercano antecedente la formación del poderoso Deportivo Puentes Grandes, un club conformado únicamente  por futbolistas cubanos y que le hizo oposición a los equipos de las sociedades españolas. No obstante, aclara Prado en el artículo de la revista Temas, no fue hasta 1939 que esas sociedades aceptaron la incorporación total del Deportivo Puentes Grandes al torneo de primera categoría en La Habana.

En los Juegos Centroamericanos de 1930 el equipo cubano obtuvo un convincente triunfo y este éxito, sin dudas, impulsó todavía más la práctica del fútbol en todo el país. Fue precisamente en esa década que nuestro equipo recibió una invitación especial para participar en la tercera versión de la Copa Mundial, organizada por Francia, en 1938.

Me parece que esa ha sido la actuación más importante del fútbol nacional. Es cierto que la invitación se produjo después de que varios equipos latinoamericanos decidieran no intervenir en la cita gala; pero al menos Cuba tiene una participación; mientras otras naciones de nuestro continente todavía sueñan con incluirse en una cita universal.

Equipo cubano que disputó el Mundial de Francia, 1938
Equipo cubano que disputó el Mundial de Francia, 1938

En el Mundial de 1938 la selección cubana, dirigida por José Tapia, enfrentó a Rumanía. Como el encuentro concluyó empatado a 3 goles, pues fue necesario efectuar otro desafío. El 9 de junio de 1938 cubanos y rumanos saltaron al terreno de Toulouse con un único objetivo: permanecer en la Copa. Los europeos abrieron el marcador, en el minuto 28; pero luego, en el segundo tiempo, una anotación de Héctor Socorro, en el 51 y otra de Carlos Oliveira en el 53 propiciaron el triunfo que situó al equipo cubano en los cuartos de final. En esa fase del certamen el rival fue Suecia y ante ellos no hubo muchas oportunidades para los antillanos que cayeron por goleada de 8 a 0.

Después Cuba ha intentado en repetidas ocasiones clasificar al Mundial; sin embargo, no es un secreto que el fútbol que se practica en la “Mayor de la Antillas” es, cuando menos, mediocre.

Un siglo atrás, once jugadores del Sports Club Hatuey y el Rovers Athletic Club echaron a rodar por primera vez de forma oficial, un balón de fútbol en Cuba. En esta centuria quizás no hayamos tenido todos los goles deseados; pero nadie puede negar que el fútbol sea uno de los deportes con mayor cantidad de seguidores en este archipiélago que no solo respira béisbol.

 

 

 

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