En no pocos deportes la popular red de microblogging Twitter es vista por algunos directivos como un «peligro». Por eso ligas como la NFL y la NBA han creado restricciones en su uso. Ni atletas ni técnicos pueden acceder a sus perfiles y publicar contenido media hora antes de un encuentro o media hora después. Los que se han atrevido a violar esto han pagado multas en ocasiones considerables. Dos de los casos más recientes estuvieron relacionados con las Grandes Ligas. Al siempre polémico director de los Chicago White Sox, el venezolano Ozzie Guillén, la MLB lo obligó a pagar 20,000 dólares por los «comentarios negativos» que publicó después de recibir una expulsión; mientras Logan Morrison, uno de los Twittaholic deportivos con más seguidores, tuvo que «bajar el tono» de sus comentarios, por petición de la directiva de los Florida Marlins, luego que el jardinero criticó el despido del entrenador de bateo de ese equipo.
En este contexto me sorprendió mucho leer que el Comité Olímpico Internacional (COI) permitirá que todos los atletas que participen en la Olimpiada de Londres, en 2012, puedan postear comentarios en su cuenta personal de Twitter, incluso mientras estén compitiendo. La única restricción que establecería el COI sería la de no utilizar ese espacio con «propósitos comerciales y de publicidad».
Hasta aquí todo muy bien, quizás porque en la anterior cita estival, en Beijing, Twitter todavía no había alcanzado el nivel de popularidad actual y el COI no ha tenido que lidiar con ningún comentario fuerte sobre la actuación de un árbitro o algún escándalo en la Villa olímpica. Ojalá nunca tenga que hacerlo y que a través de 140 caracteres, pues podamos obtener impresiones, de primera mano, de lo que ocurra en la capital británica.