Otra vez la violencia llega a un estadio de fútbol; otra vez las tristes imágenes de jugadores escoltados por la polícia, para así escapar del furor de un grupo de ¿fanáticos? que no pueden soportar que River Plate, uno de los grandes clubes del fútbol argentino…haya descendido a la segunda división.

Después de 110 años en el máximo nivel los de River descendieron, después de otra pésima campaña que culminó con el sorprendente revés global (1-3) ante Belgrano de Córdova. Los hinchas de esa selección bonaerense perfectamente podrían superar en su nivel de violencia a los tifossi italianos o a los hooligans ingleses. Primero irrumpieron en el terreno de juego, en Córdova y la emprendieron con los jugadores; luego, en el minuto 90, volvieron a formar el escándalo y la batalla campal produjo, entre otras cosas, que los fanáticos que fueron a presenciar el partido no pudieran retirarse del estadio, por temor a recibir golpes; que los futbolistas tuvieran que ser rodeados por la policía, en medio del campo de juego. Ni siquiera los chorros de agua, a presión, eran capaces de calmar a las «barras bravas».

En menos de cinco días, el fútbol sudamericano se ha visto sacudido por dos serios incidentes, muy violentos: durante la final de la Copa Santander Libertadores, entre Santos y Peñarol y ahora con el doloroso, pero esperado, descenso de River Plate. Para la próxima temporada no habrá clásico River vs. Boca Junior; aunque con las pobres actuaciones de los últimos años, de ambas selecciones, sin dudas este Clásico, uno de los más seguidos, no solo en Latinoamérica, ya no atraía tanto como antes. Sin dudas hoy presenciamos una de las páginas más tristes del fútbol en Argentina.

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