El suizo Roger Federar nunca había perdido un partido en un torneo Grand Slam después de tener ventaja de dos sets a cero. El serbio Novak Djokovic trató de cambiar esa historia y, de paso, aumentar su impresionante cadena de triunfos consecutivos (43 partidos) y avanzar a la final del Roland Garros 2011; mientras desde su hotel, el español Rafael Nadal, en su cumpleaños número 25, de seguro esperaba, expectante, el resultado del segundo duelo de semifinales.
Un triunfo de Djokovic lo hubiera situado en la cima del ranking mundial de la ATP; pero Federer se presentó en una tarde-noche parisina impresionante y después de ganar los dos primeros parciales (7-6, 6-3) supo aguantar la presión del cuarto set, donde “Nolek” intentó una gran remontada; pero quedó corto en el tie-break y así vio rota su racha de éxitos consecutivos que databa desde la final de la Copa Davis 2010. La jugada decisiva fue espectacular: Federer logró su ace número 20 y Djokovic se retiró con la cabeza baja por primera vez en un largo tiempo.
Unas horas antes, Rafa Nadal dejó atrás toda las dudas sobre sus primeras presentaciones en el Roland Garros y derrotó en tres sets al británico Andy Murray. El número uno del mundo comenzó flojo un evento que ha ganado en cinco ocasiones; sin embargo, desde los cuartos de finales, Nadal mostró un mejor tenis y creo que es el favorito para la gran final en París.
La historia favorece al mallorquín: el duelo histórico contra Federer está 16 a 8 y en 2011 el suizo ha perdido en las dos ocasiones en que se enfrentaron. Además, Nadal tiene una motivación especial: si venciera al hombre que más títulos de Grand Slam acumula, pues se mantendría como el número 1 del ranking.