David Navara se resistió a dividir el punto. Presionó repetidamente hasta que cayó la última defensa del cubano Lázaro Bruzón. Hubo silencio en la sala de juego, porque una vez más uno de los jugadores locales inclinaba su rey. El rostro cansado de Bruzón mostraba con mucha claridad una gran insatisfacción. El cubano tenía amplios motivos para sentirse así.
Durante las pasadas cuatro ediciones del Memorial Capablanca, Bruzón ocupó el fondo de la tabla de posiciones. Incluso, en dos versiones ni siquiera se presentó a jugar la ronda final, lo cual en el mundo del ajedrez— y más a ese nivel— es visto como algo muy irrespetuoso, hacia los organizadores y el rival. Parecía que esa mala racha podría romperse en la edición 46 del Capablanca, pues Bruzón llegaba después de ganar el torneo Continental, celebrado en Toluca, México. Los 2700 ya eran una realidad, aunque todavía la FIDE no los hubiera reflejado en su ranking.
El tablero ha mostrado una realidad muy fuerte para Bruzón: cinco derrotas en siete partidas demuestran que el cubano no es—todavía— un jugador de 2700. Duele escribir esto; pero al menos es mi percepción. No puedo entender cómo es posible que después de, asombrosamente, vencer a Ivanchuk, ahora Bruzón haya cedido otra vez ante Andreikin y Navara. El enemigo ha vuelto a ser el reloj, porque en casi todos los duelos el cubano ha tenido posiciones igualadas o incluso, en ocasiones, con más chances para él; pero los apuros de tiempo no le han permitido encontrar las mejores soluciones.
IVANCHUK, ¿SE DESPIDE DEL TÍTULO DEL MEMORIAL CAPABLANCA?
Este será el principal titular del Memorial Capablanca 2011: Ivanchuk pierde su corona en La Habana. Quizás no debería adelantarme tanto, pues quedan tres rondas más; pero el problema es que el ucraniano tiene a tres jugadores por delante, todos con ventaja de un punto sobre el gran favorito para ganar, por quinta ocasión, el torneo más importante de Latinoamérica.
¿Qué ha pasado con Ivanchuk? En siete partidas solo acumula una victoria y esto es algo muy raro en él. Contra Leinier Domínguez salió a buscar un triunfo que lo acercara a la cima; pero Leinier supo defenderse bien.
El principal duelo de la séptima ronda, entre los jóvenes Le Quang Liem y Dmitry Andreikin, concluyó con la división del punto. El empate los favoreció y de no sufrir un revés en las siguientes rondas, podrían aparecer, en la actualización del ranking de la FIDE, en julio, con 2700 o más puntos de ELO.
Tabla de posiciones:
1) Quang Liem; Andreikin y Navara – 4,5 puntos 4) Ivanchuk – 3,5 puntos
5) Leinier Domínguez – 2,5 puntos 6) Bruzón – 1,5 puntos
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CÓRDOVA, LÍDER EN SOLITARIO DEL GRUPO PREMIER
El peruano Emilio Córdova ha sido uno de los jugadores más llamativos del grupo Premier. Su curiosa gorra, al mejor estilo de un rapero, con el logo de Red Bull muy visible, ha quedado guardada en su habitación del hotel Habana Riviera; pero lo que sí no ha desaparecido es la inspiración de este joven Gran Maestro que derrotó en la séptima ronda al cubano Fidel Corrales y se quedó solo en el primer lugar, con 5 puntos.
Otra de las partidas que más seguí fue la del canadiense Mark Bluvshtein contra Yuniesky Quesada. El cubano sabía que un triunfo lo devolvería a la lucha por un título que logró el año pasado; sin embargo, el duelo concluyó con la división del punto y de seguro Quesada no retornó feliz a su habitación, porque sabía que las posibilidades de repetir su éxito de 2010 lucían cada vez más lejanas.
El otro líder, Aramís Álvarez, después de varias victorias consecutivas, firmó las tablas ante su coterráneo Ermes Espinosa y de esta forma siguió abrazado con Bluvshtein en la segunda posición del grupo.
Posiciones (después de siete rondas y con tres más por jugar):
1) Córdova – 5 puntos 2) Aramís Álvarez y Bluvshtein – 4,5 puntos 4) Quesada y Corrales, 3,5 del 6 al 9 aparecen Vocaturo, Espinosa, Isán Ortiz y Manuel León Hoyos, todos con 3; mientras cierra la tabla el decepcionante Omar Almeida, con apenas 2 puntos.