La historia se repite…una vez más: el equipo cubano de voleibol masculino, el mismo que nos hizo soñar con un título mundial, en Italia y que avanzó a la discusión de medallas en las últimas ediciones de la Liga ha sufrido otra enorme, repentina, dolorosa renovación.
Su principal figura, el capitán Robertlandy Simón, el pasador regular Raydel Hierrezuelo y uno de los atacadores de más potencia, Yoandy Leal, ya no forman parte de la selección dirigida por Orlando Samuel. ¿Las razones? Según la prensa (diario Juventud Rebelde), “Simón solicitó un descanso”. Tuve que acudir a otras fuentes, en la búsqueda de una explicación más convincente. El atleta contrajo matrimonio— ¿o ya estaba casado?—con una europea. Ojalá me equivoque, pero me parece que ese sería un descanso muy…prolongado. Entonces, creo que los 2,06 metros de estatura y la atemorizante figura de Simón como bloqueador central podría aparecer en los siguientes años—tendría que esperar 2—en alguno de los clubes de voleibol más famosos de Italia o Rusia.
Sobre Leal, este es el argumento: “no integró el equipo pues no asistió a la Liga Nacional, tuvo problemas docentes y con su presencia en los entrenamientos”; mientras Hierrezuelo “evidencia falta de preparación por las lesiones y ausencias a los entrenamientos”. Al leer esto, confieso, me ha entrado una gran tristeza.
Los que seguimos al voleibol cubano desde los años noventa del siglo pasado de seguro recordamos a la generación de Ihosvany Hernández, Osvaldo Hernández y Ramón Gato. Luego se incorporaron Leonel Marshall y Ángel Dennis, entre otros. De ellos apenas quedan pocas imágenes que, por “arte de magia”, han desaparecido de los reportajes televisivos. Como si la historia pudiera borrarse….
Después de la partida de estos jugadores, costó tiempo construir un equipo, quizás menos espectacular, pero que también lucía prometedor. Entonces, la generación de Yasser Portuondo, Oriol Camejo y Raidel Poey también partió y solo nos quedó esperar…poco tiempo, porque los resultados aparecieron más rápido de lo que muchos preveíamos.
La posibilidad de una medalla olímpica en Londres 2012 parecía ahora sí cercana; pero la noticia de las ausencias de Simón, Hierrezuelo y Leal es descorazonadora. Robertlandy fue un jugador esencial para entender la presea de plata cubana en el Mundial de Italia 2010. Era un capitán que inspiraba respeto y ejercía el liderazgo. Su puesto en el equipo lo ocupará Wilfredo León, sin dudas uno de los jugadores más completos del mundo. ¿Por cuánto tiempo estará el “rey” León como capitán? Me gustaría pensar que durante un largo período; pero la vida podría demostrarme lo contrario.
¿Qué necesitamos hacer, cambiar, replantear para mantener unido a un equipo cubano de voleibol por más de un lustro?
de verdad hay que responder la pregunta final? , «que hay que hacer?», que hay que hacer para que , no solo los que amamos el volleyball, sino todos y cada uno de los deportes y cualquier cosa que represente ese pedacito de tierra , lo que sea que diga Cuba, que hay que hacer para que tantas familias , amigos , recuerdos , historias , deseos , fuerza y ganas de hacer crecer un país , de criar a nuestros hijos bajo el mismo cielo que nos vió crecer , en las mismas calles que corrimos , que conocimos la amistad , que nuestras madres y abuelas nos cuidaron sin cansancio, que hay que hacer para que no tengamos que perder eso? , solo con dolor podemos entender? , solo cuando nos vemos arrancados somos capaces de ver como duele? , lo mucho que perdemos y lo insustituible que es , como no hay nada material en el mundo que llene el vacío de ese lugar de donde venimos!!.
Mucha suerte Simón , y mucha suerte a todos mis hermanos, y a todas las familias , mucha suerte y fuerza!
¿Qué hay que hacer? Muy sencillo: dejar de una vez que los jugadores puedan libremente escoger en que Liga profesional desean -o pueden- jugar para sacar provecho al talento que les regaló la vida (como hacen los artistas en Cuba). Y que les permitan regresar cuando lo deseen y vivir en su isla natal. El gobierno de Cuba es el que tiene la solución en sus manos. Cuando exista una relación de respeto con los atletas cubanos, entonces existirán las condiciones para que cada vez que la selección nacional los necesite, ellos dirán presente para cumplir con su máximo honor: defender su bandera en competencias internacionales. Lo que digo aquí ocurre a diario en el resto de los países de este planeta. Ahora pregunto yo, ¿en que planeta estan viviendo los dirigentes cubanos? Gracias.