Hasta la última partida de la fecha conclusiva del campeonato nacional femenino de ajedrez se mantuvo la tensión. La reina en 2010, la santiaguera Oleiny Linares, solo necesitaba igualar su partida ante la retadora, la tunera Yaniet Marrero, para mantener su corona; sin embargo, la medallista de oro en la Olimpiada de Khanty-Mansiysk volvió a demostrar la progresión de su juego y con un muy luchado triunfo extendió el match a los emocionantes encuentros rápidos, de 25 minutos. Entonces vino un breve descanso, ya en la noche, antes de que las dos jugadoras volvieran al tablero.
Una de las claves del éxito del torneo, efectuado durante casi dos semanas en Holguín, fue el sistema de competencia. Si en versiones anteriores no había que esforzarse mucho para predecir quién conquistaría el título cubano, el nuevo formato incluyó un elemento que no pocos habíamos extrañado y que en la actualidad forma parte inseparable de la estructura del ajedrez en el mundo: los matches.
Quizás los torneos cerrados, todas contra todas, sean considerados por algunos como sistemas “más justos”; sin embargo, en ocasiones resultan aburridos. En Holguín hubo mucha combatividad y realmente poco aburrimiento. A diferencia de lo que ocurre con los hombres, ninguna de las mejores ajedrecistas cubanas estuvo ausente del evento holguinero. Un total de 20 mujeres disputaron nueve rondas de las que salieron las cuatro que avanzaron a los matches semifinales.
Esta primera etapa tuvo pocas sorpresas, porque clasificaron tres de las cuatro primeras ajedrecistas del ranking nacional: la pinareña Lisandra Ordaz, Marrero y Linares; sin embargo, Maritza Arribas, la mujer con un mayor número de títulos—9, igualada con Asela de Armas—no mostró su mejor forma y quedó relegada a la quinta posición por la veterana Vivian Ramón quien otra vez jugó un excelente campeonato. El descenso de Arribas fue notable; pero peor salieron las cosas para la granmense Sulennis Piña, segunda del listado cubano por su ELO de 2325 puntos.
Piña solo logró 4,5 unidades, de nueve posibles y finalizó en un muy decepcionante undécimo puesto. La pérdida de unidades en el coeficiente es segura y más allá del elemento cuantitativo del ELO, resalta, una vez más, la inestabilidad de Sulennis quien había jugado muy bien la Olimpiada.
En los matches semifinales Oleiny enfrentó a Ordaz y Marrero a Ramón. Las dos partidas clásicas concluyeron en tablas y de acuerdo con el reglamento se recurrió a los encuentros de 25 minutos por cada jugadora. En esa situación, Linares fue más efectiva que Lisandra y la venció en dos ocasiones; mientras Yaniet, después de una tabla inicial, triunfó en el último cotejo y aseguró un puesto en la final.
El duelo entre la anterior reina y la titular olímpica prometía ser muy intenso. Las expectativas fueron cumplidas. En la primera jornada Oleiny condujo las blancas y Marrero intentó defenderse ante una posición inferior; pero su resistencia quebró después de 70 movimientos y cinco horas de juego.
No hubo tiempo para el descanso. Menos de 24 horas después de su fracaso, Marrero, con blancas, forzó la partida decisiva y el esfuerzo le permitió igualar el match. Tal vez lo más lógico hubiera sido tomar la noche de descanso; pero desde antes de que comenzara el torneo los organizadores determinaron que las partidas de desempate se efectuarían el mismo día. Esta no pareció la mejor decisión.
Las dos ajedrecistas intentaron relajarse en el cortísimo tiempo que tuvieron entre una partida y otra. Las oportunidades lucían parejas y quien supiera manejar mejor la presión del reloj recibiría los aplausos mayores, en la agotadora jornada. La reina de 2010 no pudo hacer nada contra el empuje de la retadora: Yaniet Marrero triunfó en los dos cotejos y se convirtió en la decimoséptima mujer que obtiene el campeonato nacional cubano.
ORDAZ, UNA MEDALLA MUY LUCHADA
Como era de esperarse, el enfrentamiento entre Linares y Marrero centró la atención mediática y del público; sin embargo, muy cerca de la mesa de juego donde se disputaba la corona, Vivian Ramón y Lisandra Ordaz protagonizaron un intenso match por el tercer lugar que también fue decidido en las partidas rápidas.
Ordaz, líder del ranking en el país, por su ELO de 2343, ganó la primera partida y todo parecía cuestión de tiempo; pero para sorpresa de todos, Vivian triunfó en el segundo duelo clásico, luego de 79 movimientos, y llevó el duelo a los encuentros rápidos, en los que se impuso la juventud de Lisandra.
Junto con su corona como reina del ajedrez cubano, Yaniet Marrero ganó el derecho a participar, junto a la subcampeona, Oleiny Linares, en el torneo zonal, previsto para mazo, en Ecuador, del que saldrán las mujeres clasificadas para la próxima Copa Mundial.
Campeonas nacionales en los últimos cinco años
Año Jugadora Provincia
2007 Maritza Arribas S. de Cuba
2008 Maritza Arribas S. de Cuba
2009 Maritza Arribas S. de Cuba
2010 Oleiny Linares S. de Cuba
2011 Yaniet Marrero Las Tunas
Publicado en CubAhora
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