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Una estatua para el pulpo Paul

El pulpo Paul murió de causas naturales, es decir, de viejo. Tenía dos años, la edad máxima para esta especie, dijeron los expertos. Su desaparición provocó una consternación enorme, especialmente en España, donde se le recordará como el “gran adivinador” que “predijo” el triunfo del equipo de fútbol, dirigido por Vicente del Bosque, en el mundial sudafricano.

Su cuerpo reposará en una habitación climatizada y luego será cremado. Incluso, los previsores cuidadores del acuario de Oberhausen, en Alemania, ya tienen preparado a su sucesor, Paul Júnior. Veamos algunas de las declaraciones de los ejecutivos del acuario: «En honor de Paul y por el interés en todo el mundo (especialmente el de Oberhausen, digo yo), se realizará una exposición y un monumento». Además, «se mostrarán en una pantalla sus mejores y más conmovedores momentos y los regalos que nos han llegado de todo el mundo, así como cuadros de acrílico y su urna», afirmó el comunicado del acuario.

Para elevar el drama, estas frases tampoco tienen desperdicio: «Era muy querido por todos nosotros y lo vamos a extrañar muchísimo (¡por supuesto, los ingresos del acuario no serán iguales sin Paul!). Es un pensamiento reconfortante que tuvo una buena vida con nosotros, recibiendo la mejor atención posible por un equipo dedicado», aseguró Stefan Porwoll, director general del Sea Life de Oberhausen. Imagino que Porwoll haya quedado “reconfortado”, después de la última “entrevista” que le hizo al Paul, en la que recibió “confesiones del pulpo” y pudo comprobar la buena vida que se había dado el cefalópodo, entendida como la cantidad de mejillones que ingirió, ahh, y en la camiseta de la selección española, firmada y dedicada para el “Nostradamus del fútbol”.

La desaparición del “oráculo” que acertó los colores de la bandera en las nueve veces que lo pusieron a escoger entre dos almejas en la cita de Sudáfrica, sin dudas no fue una buena noticia para la candidatura de Inglaterra como posible organizadora del Mundial de fútbol 2018. En una operación publicitaria, los ingleses habían seleccionado al cefalópodo como su “embajador oficial”.

Entonces, descanse en paz Paul, el Pulpo. De seguro en Facebook muchos lo seguirán “consultando”, y en Oberhausen la estatua probablemente sea otra atracción turística para los que siguen creyendo en la suerte y en las predicciones; pero estoy seguro que alguien continuará el “camino iniciado” por Paul, quizás Paul Jr, o Pepito el Periquito, o el Burro Arturo. Alguien, algo que sirva para convencernos de que mucho antes de que rueda un balón o se lance la primera bola, alguien, algo ya sabe qué va a ocurrir.

Vea además:
El pulpo Paul, ¿un nombre mayor en el fútbol?
La figura más mediática del Mundial

3 comentarios

    • micolumnadeportiva

      Saludos…pues yo soy en extremo escéptico y si en un principio me parecía una curiosidad lo de Paul, en la medida que avanzaba el Mundial y las cadenas deportivas transmitían en vivo las «predicciones» del cefalópodo, pues dejó de ser curioso para mí…y por supuesto que no lo van a dejar descansar en paz, el negocio no puede caerse, ya viene Paul Jr…..

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