La imagen del equipo cubano de voleibol en el partido final no fue la mejor, pues hubo desconcentración y un pobre rendimiento en todos los jugadores regulares. Nada funcionó en la selección nacional y Brasil obtuvo su tercera corona consecutiva en un Campeonato mundial con un triunfo muy fácil. El revés fue decepcionante; pero ni siquiera la barrida podrá borrar la agradable sensación que dejó un grupo de jóvenes que supo crecerse ante rivales más experimentados.
Probablemente los brasileños esperaban una mayor resistencia del mismo equipo que una semana antes los había derrotado en cinco sets y en la semifinal pasó por encima de los serbios. En Roma, de seguro, los fanáticos deseaban ver un partido por el título más cerrado y en toda Cuba se anhelaba algo similar; pero, ¿el cansancio? ¿la poca experiencia? ¿la presión? mediaron en el pobre desempeño de la selección.
La última vez que Cuba jugó por el título de un Mundial de voleibol ocurrió en 1990. En esa fecha Wilfredo León no había nacido y la mayoría de los jugadores cubanos ni siquiera asistía al preescolar. En aquel partido contra los italianos la generación de Joel Despaigne, Raúl Diago, Abel Sarmiento e Idalberto Valdés tampoco lució de la mejor forma; sin embargo, al igual que ahora, su actuación en el Mundial fue considerada excelente.
Cuatro años atrás, en el Mundial de Japón, Cuba concluyó en la decimoquinta posición. En realidad no se esperaba mucho más de una selección que comenzaba a recomponerse después de varias modificaciones en la nómina; aunque en 2005 se había alcanzado una esperanzadora medalla de bronce en la Liga. Luego vinieron años de paciente espera, de un crecimiento en el nivel de compenetración del equipo, bajo la conducción de Orlando Samuel.
En las dos versiones más recientes de la Liga, los cubanos finalizaron en la cuarta plaza. Siempre parecía faltarles un empuje final; pero, al menos, ya estaban de regreso en la elite. El Mundial de Italia lucía como la gran oportunidad para demostrar si el avance era cierto. La medalla de plata prueba que el tan deseado progreso es muy real.
Los cubanos efectuaron nueve partidos y solo cayeron en dos: frente al campeón, Brasil, y al medallista de bronce, Serbia; pero de sus siete victorias, dos fueron ante esas selecciones. A diferencia de otros equipos, Italia en primer lugar, ellos no tuvieron un calendario fácil, porque para llegar hasta la disputa de la corona dejaron en el camino a españoles, búlgaros y serbios.
Tal vez el nombre más mencionado haya sido el de Wilfredo León. Con solo 17 años, el santiaguero muestra impresionantes condiciones físicas, un enorme poder de salto, fortaleza en el ataque y un servicio muy poderoso. En Italia fue el máximo anotador del equipo; sin embargo, el título de jugador más valioso de la selección debería ser para el capitán más joven del torneo: Robertlandy Simón.
En su segunda incursión en un campeonato del orbe, Simón volvió a demostrar que es el mejor central del planeta y, por mucho, el bloqueador más completo. Sus porcentajes en el ataque fueron altísimos y sobre la cancha actuó como el líder del plantel. Lástima que una lesión en su muñeca derecha lo haya obligado a intervenir menos en el partido por la corona.
Los principales problemas de los cubanos estuvieron, nuevamente, en la enorme cifra de errores que cometieron. Abundaron los ataques largos, saques perdidos, faltas sobre la net y las invasiones de zonas. Frente a Bulgaria y Serbia las pifias sobrepasaron las tres docenas. No obstante, el poder ofensivo pesó más en el resultado final de esos desafíos. Contra Brasil la historia fue diferente, pues los sudamericanos aprovecharon cada una de las deficiencias cubanas y no dieron margen a organizar una reacción.
El segundo lugar, entre 24 países, pudiera considerarse como una de las actuaciones más sobresalientes del voleibol cubano en toda su historia. Quizás una mayor resistencia ante los brasileños hubiera ayudado a realzar la imagen del equipo; pero la medalla de plata les garantiza un lugar entre los grandes de todos los tiempos.
Ya se ha convertido en un lugar muy común utilizar argumentos, supuestamente justificativos, cada vez que un atleta o equipo pierde un desafío importante. “Fue un gran esfuerzo”, “necesitan mayor roce internacional”, “son jóvenes e inexpertos”. Frases similares a las anteriores se repiten tantas veces que cada vez más resultan menos creíbles. No obstante, todas ellas sí se corresponden perfectamente con el trabajo del equipo cubano de voleibol, en el Mundial italiano. Su segundo lugar merece una apología.
Publicado en Cubasí
El juego final simplemente fue decepcionante y conformista…..ya habian perdido antes de comenzar a jugar…
Para mi que los dos 5tos sets consecutivos ante Bulgaria y luego Serbia, más la presión de jugar por el 1er lugar, la euforia del momento le pasaron factura a nuestro equipo. Pero la actuación fue espectacular y pocos equipos tuvieron un calendario tan complicado. Y nuestro equipo ya es considerado de los mejores del mundo no por gusto Rusia y Brasil, aparentemente, los evitaron. La actuación fue espectacular, ya llegamos a la final. Esperemos pronto puedan redondear un triunfo completo. Y totalmente de acuerdo que el mejor de ese equipo es Simón que fue vital en los partido ante España y Bulgaria.
Me parece que el cansancio Yudivián, les pasó la cuenta, pero, sobre todo, los problemas y eso si concuerdo con mis colegas que en muchas ocasiones adoptan posturas fanáticas, estuvieron en la psicología del equipo. La mentalidad ganadora de Brasil no se desarrolla en un año, se construye y eso nos faltó. De cualquier forma, de acuerdo contigo en que el resultado fue extraordinario y a la hora de seleccionar el deporte colectivo masculino no debe haber ninguna discusión, pues con el ridículo de la pelota, el voleibol es el seguro y justo ganador
Ahora mismo leo una noticia en Jit sobre el grupo de Cuba para la próxima liga mundial donde enfrentará a Italia, Francia y Corea del Sur. Un grupo complejo, como todos, quizás con la excepción del de Serbia (Argentina, Finlandia, Egipto). Esta vez parece se retornará a una serie final de 8 (4 primeros y los 3 mejores segundos más Polonia que será sede) así que creo se pude clasificar sin problemas. Lo que más me llama la atención es que la noticia dice que Cuba jugará todos sus partidos como visitante y no se las causas de esto porque no recuerdo que lo haya hecho anteriormente. Será por la falta de cilimatización en los partidos efectuados en Cuba o por problemas económicos de la sede cubana. De cualquier manera, de confirmarse esto, estaremos privados de ver la competencia de mayor nivel mundial que tradicionalmente se efectúa en Cuba, algo bien triste para la afición cubana que privilegia la liga con su asistencia y entusiasmo en cada partido.
Saludos Yudivián ! Yo también quedé impacto por la noticia y acabo de publicar un post en el blog comentando este tema. De acuerdo con el comentarista Diego Méndez, quien ha cubierto al voleibol durante un largo tiempo, habría que esperar a que regrese Raúl Diago (imagino que del Mundial femenino) para conocer exactamente qué significa todo esto.