Repeticiones televisivas que pueden revertir decisiones arbitrales, modernos trajes que reducen la fricción con el agua, máscaras transparentes que muestran los rostros de los atletas a las cámaras. Estos son solo algunos de los usos de las nuevas tecnologías en el deporte; aunque en la larga lista se incluirá próximamente uno más: las transmisiones en 3D de 25 partidos de la Copa Mundial de fútbol Sudáfrica 2010.
Las imágenes en 3D han revolucionado la interacción de las personas con el cine. Cada vez resulta menos extraño observar a las personas en las modernas salas, con lentes especiales sobre sus ojos y que reaccionan de las más disímiles formas ante lo que están viendo. “Parece real” y esa similitud con la realidad ha tenido éxito.
Quizás el mejor ejemplo hasta el momento sea el de la más que promocionada película “Avatar”, de James Cameron que, aunque no obtuvo los premios Oscar esperados, sí recaudó los millones necesarios que permiten considerarla un hito económico en la historia del séptimo arte.
El experimento 3D ha sido tan exitoso que los fabricantes han apurado la salida al mercado de televisores dotados con la tecnología; pero el problema no está solo en el dispositivo—el cual es carísimo, como siempre sucede en los momentos iniciales y, por ejemplo, Sony ofrecerá los suyos a un precio superior a los mil 600 euros—sino también en los pocos contenidos disponibles.
Por tanto, era imprescindible diversificar las ofertas y, sin dudas, las competencias deportivas atraen a grandes audiencias. En el universo atlético ningún otro evento de una sola modalidad llama tanto la atención como la Copa Mundial de fútbol, así que el primer viaje del torneo a África parecía el momento ideal para ensayar, en mayor escala, las posibilidades de las transmisiones en 3D.
La idea lucía atractiva y, al mismo tiempo, muy costosa. Los directivos de la compañía Sony llegaron a un acuerdo con la Federación internacional de asociaciones (FIFA, por sus siglas en inglés) para transmitir 25 de los 64 encuentros del Mundial, entre ellos el inaugural y el de la discusión del título.
Una interesante pregunta sería ¿por qué no todos? Las posibles respuestas se reducen a dos: las transmisiones cuestan mucho dinero, ya que para captar, sin fallas, los rápidos movimientos de los jugadores sobre la cancha de fútbol se emplearán siete pares de cámaras profesionales HDC; además, el número de televisores con capacidad para recibir las imágenes en 3D, aunque aumentará notablemente en 2010, todavía es pequeño, por lo que solo algunos cientos de miles de personas disfrutarían de este servicio.
La selección de los partidos en 3D, lógicamente, no fue al azar y el equipo más famoso y mediático de todos, Brasil, será el que aparezca en más ocasiones: tres. Esta cifra aumentaría si los pentacampeones avanzaran en la Copa, como esperan todos.
Otras selecciones que también tendrán una importante cobertura en 3D serán España y Argentina, ambas con, al menos, dos apariciones. De acuerdo con lo anunciado por Sony, las transmisiones llegarán hasta 26 países; mientras, como elemento curioso, los llamados “inventores del fútbol”, los ingleses, no contarán con el servicio, pues las dos cadenas televisivas que poseen los derechos exclusivos para el Reino Unido del Mundial no tienen canales que hayan adoptado la 3D.
El sistema sería similar al empleado en el cine, es decir, junto al televisor especial la persona deberá llevar los lentes polarizados como los que se emplean para ver las películas en las salas; pero las gafas serán aún más modernas. Esto adiciona un nuevo cambio, pues la visualización se vuelve más individual, un aspecto del que seguro los expertos tendrán criterios más profundos después que concluya la Copa.
Resulta innegable que la 3D ha añadido un elemento más de expectación al Mundial sudafricano y muchos comparan el posible efecto de la tercera dimensión con el de las transmisiones en colores del torneo de 1970, en México. Por lo menos ambos certámenes tienen un elemento en común: pocos pudieron disfrutar, en su momento, de esos avances tecnológicos.
Las sofisticadas cámaras de Sony brindarán una sensación de profundidad del juego nunca antes vista y algunos fanáticos, desde las salas de sus hogares, podrían disfrutar, “como si estuvieran en el estadio”— asegura la publicidad de la poderosa empresa— de los goles en la Copa Mundial de Sudáfrica. Tal vez los goles más caros de la historia.
Publicado en La Jiribilla