Los ajedrecistas aprenden de sus errores y por eso, después de perder una partida con una determinada apertura o defensa, pues no la repiten ante un mismo rival. A veces sucede todo lo contrario: el jugador se siente tan confiado de su capacidad para corregir los defectos que opta por una variante similar a la que empleó en su derrota anterior.
El match por el título mundial de ajedrez entre el actual monarca, el indio Viswanathan Anand, y el búlgaro Veselin Topalov ha tenido un poco de las dos situaciones descritas. Anand aprendió de su horrible revés en el debut y eligió una variante sólida que le permitió entablar la tercera partida; mientras, Topalov quiso demostrar que su fracaso en el segundo enfrentamiento había sido solo un mal día y volvió a elegir una continuación similar frente a la apertura Catalana. ¿Resultado? Una nueva derrota.
Con el duelo empatado a un punto, Topalov condujo las piezas blancas en la tercera partida. Como se esperaba, abrió con el peón dama; pero esta vez el indio se apartó de la defensa Gruenfeld y jugó una Eslava, tal vez un tanto pasiva; aunque logró lo deseado: tablas.
Topalov alcanzó una pequeña ventaja posicional; sin embargo, ahora Anand sí supo encontrar la mejor defensa—a diferencia de la primera fecha—y pudo neutralizar los intentos del búlgaro por el flanco dama. Con el movimiento 32. Ab5 forzó el cambio de alfiles y luego fue solo cuestión de muy poco tiempo para que la partida concluyera con la división del punto.
El duelo tuvo un final curioso porque solo con la repetición de jugadas Topalov aceptó las tablas. En un inicio el retador había advertido que él aplicaría, unilateralmente, la llamada “regla de Sofía” que establece que los ajedrecistas compartirán la unidad con el consentimiento del árbitro o mediante tres movimientos iguales.
Al día siguiente tampoco sorprendió que Anand moviera dos casillas su peón dama—por cuarta ocasión en el match—; aunque, de seguro, pocos esperaban que Topalov eligiera continuaciones similares a las del segundo encuentro; no obstante, no fue una copia, ya que su jaque con el alfil en b4 y luego el avance del peón torre dama hasta a5 condujeron a una posición diferente.
Era el día de las innovaciones, pues el Tigre de Madrás—como conocen a Anand, por su lugar de nacimiento—hizo 10. Ca3, que fue considerado por los especialistas una novedad en la Catalana. Luego, ambos se enrocaron corto; pero la presión estaba totalmente concentrada en el flanco dama.
El campeón había entregado un peón y con su torre controló la importante columna “c”; sin embargo, había oportunidades parejas hasta que el búlgaro cometió dos imprecisiones consecutivas en los movimientos 20 y 21 que fueron inmediatamente aprovechadas por Anand.
La brillante entrega del caballo en la casilla h6 marcó el comienzo del fin para Topalov. Quizás el búlgaro no calculó con profundidad todos los riesgos y en menos de media hora el indio había tomado la delantera en el match. Su dama se combinó a la perfección con la torre en la séptima fila y el retador inclinó el rey ante las serias amenazas de jaque mate.
Anand ha mostrado una recuperación admirable. No es nada fácil recobrar la confianza después de una aplastante derrota inicial; pero el monarca sobrepasó ese momento de incertidumbre y no le ha dado la más mínima oportunidad a Topalov. Las piezas blancas y el peón dama han marcado al match hasta el momento: en las tres decisiones el vencedor hizo el primer movimiento y en las cuatro partidas la primera jugada ha sido d4. ¿Veremos algún cambio para el segundo tercio del duelo? Probablemente, sobre todo en Topalov.
Publicado en Cubahora
Vea además:
Un match mundial sin tablas
Anand vs. Topalov: dos hombres en pugna
Descargue las partidas del match aquí
Vea Galería de Imágenes del duelo
Comentarios de todas las partidas en ChessBase