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Un match por el título sin tablas

Mucha combatividad en las dos primeras partidas entre   Anand y Topalov
Mucha combatividad en las dos primeras partidas entre Anand y Topalov

El manager de Veselin Topalov, Danailov, lo había advertido antes de que comenzara el match, quizás como una forma de introducir mayor presión en el campeón mundial Viswanathan Anand: “mi hombre no aceptará ofertas de tablas bajo ninguna circunstancia”. Incluso, el equipo del búlgaro propuso que el duelo se rigiera por la “regla de Sofía”, la cual prohíbe a los jugadores ofrecer el empate sin el consentimiento del árbitro.

Anand no aceptó la proposición de Topalov; pero después de concluidas las dos primeras partidas del match por la corona universal de ajedrez, todo parece indicar que el indio, aunque no lo diga abiertamente, también luchará hasta el final de cada encuentro y que en los diez restantes las tablas solo aparecerán cuando ya no quede ninguna opción sobre el tablero.
La primera partida sorprendió. No por el resultado, porque para nadie es un secreto que el nivel entre los dos contendientes es muy parejo, sino por la forma en que ganó Topalov. El búlgaro abrió con el peón dama y Anand respondió con la variante clásica de la defensa Gruenfeld.

En el movimiento 12 comenzó el despliegue ofensivo del retador: entregó un peón que le posibilitó abrir más la posición. Luego, en el 24, cambió un caballo por un peón y, para rematar, Topalov sacrificó una torre por el alfil de Anand. En apenas 30 movimientos, la primera partida del match pasó a la historia.

El excelente triunfo del búlgaro tuvo una gran repercusión y algunos, incluso, asociaron la poca combatividad del indio con su arribo tardío a la capital búlgara. Este incidente tensó el ambiente, pues Anand no pudo abordar su avión por causa de la interrupción de vuelos que afectó a la mayoría de los países europeos. Cuando finalmente el campeón llegó a Sofía, su equipo exigió que el calendario se corriera tres días, para darle tiempo al monarca a aclimatarse.

Del otro lado, los búlgaros no estuvieron de acuerdo y entonces intervino la Federación internacional; aunque solo accedió a retrasar el comienzo en 24 horas.

No obstante, después del revés inicial, el titular mostró una gran recuperación. Anand, con blancas, movió su peón dama dos casillas y la partida derivó en una apertura Catalana. Esta vez el indio dejó atrás la pasividad del día anterior y ya en el séptimo movimiento entregó un peón que el búlgaro aceptó y se aferró a esa pequeña ventaja material mucho más tiempo del que debía.

Anand fue ganando en espacio y desarrolló mejor sus piezas. El cambio de damas en la jugada 17 le permitió fortalecer su posición. Como se esperaba, él presionó con sus peones en la columna “a”, hasta colocar uno en la séptima fila que finalmente fue decisivo, por lo que Topalov inclinó su rey en el movimiento 43.

El empate a un punto demuestra, al menos, dos cosas: el duelo será muy reñido—a diferencia del que sostuvo Anand contra Kramnik, en 2008—y las tablas esta vez probablemente no sean las protagonistas, por tanto, no sería una sorpresa que hubiera que recurrir a las partidas rápidas para decidir al vencedor.

La presión psicológica es un elemento que se menciona mucho en los matches de ajedrez. Topalov y Anand han mantenido relaciones cordiales durante un largo tiempo. Los dos viven en España y no se conoce de ataques personales entre ambos; sin embargo, la negativa del equipo búlgaro—liderado por Danailov, quien sabe cómo descontrolar a un rival y solo es necesario recordar el match de 2006—a la petición de Anand no fue una buena señal; aunque luego no se produjo ningún otro incidente y sobre el tablero, afortunadamente, ha reinado el buen ajedrez.

Publicado en Cubahora

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