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Un nuevo árbitro en el béisbol

Los errores arbitrales lamentablemente no fueron pocos en los play offs de la 49 Serie Nacional de béisbol y estas pifias, mostradas una y otra vez por las repeticiones televisivas, trajeron al contexto cubano la interrogante que preocupa a muchos fanáticos y especialistas, no solo de la pelota: ¿debería implementarse, como regla, el uso de la cámara lenta para revertir una decisión?

Un poco de la historia reciente de los play offs: al menos hubo tres jugadas tan polémicas que provocaron expulsiones de peloteros, curiosamente en las tres estuvo involucrado el subcampeón Villa Clara. Durante el segundo juego de su serie contra Santiago de Cuba, un jugador villaclareño fue claramente tocado por la tercera base, pero el árbitro decretó quieto; luego, en el duelo inicial de la final oriental, ante Ciego de Ávila, otro quieto controversial propició una carrera importante.

Por último y quizás la decisión más polémica de todas: en el quinto partido por la discusión del título, Alexander Malleta también fue tocado y el árbitro no vio un out evidente que le permitió a Industriales empatar el desafío minutos más tarde. El experimentado director villaclareño, Eduardo Martín Saura, protestó de forma muy airada y exigió que se revisara la repetición televisiva de la jugada.
La situación fue muy tensa para los árbitros en ese momento. Algunos meses antes, en un juego de la etapa clasificatoria entre Santiago de Cuba y La Habana, se había empleado la cámara lenta para revocar a un árbitro. Este hecho inédito en la pelota cubana obligó a la Comisión Nacional a emitir un comunicado donde se aclaró que estaban prohibidas las repeticiones en la Serie.

En el juego del play off final, aunque evidentemente se cometió un error garrafal, los árbitros no podían ir contra las reglas del campeonato. Tal vez algunos piensen que este es un problema solo del arbitraje cubano; sin embargo, en la postemporada 2009 de las Grandes Ligas las múltiples pifias—algunas de ellas muy evidentes—de los hombres encargados de impartir justicia sobre el terreno provocaron encendidas polémicas.

Desde 2008 los árbitros de las Mayores pueden emplear la repetición televisiva en los desafíos; pero solo para tres casos muy puntuales: determinar si un cuadrangular pasó por una zona válida o fue foul; si la pelota en realidad abandonó el terreno o si hubo interferencia de algún jugador. Nada más.

No obstante, muchos abogan por aumentar el número de situaciones del juego que pudieran analizarse en cámara lenta. Entre ellas estarían: establecer si un jugador fue out o quieto al llegar a una base o al home; también para comprobar si una bola cayó en zona buena o foul.

Como era de esperarse, el empleo de la cámara lenta en el béisbol ha tenido defensores y detractores. Por un lado, los que la defienden creen que la utilización de la tecnología posibilitaría tener un deporte más justo. ¿Qué es peor?, preguntan, ¿una demora en el partido o una decisión que eche por tierra el esfuerzo de un equipo?

En las Grandes Ligas los árbitros cuentan con menos de cinco minutos para revisar la señal televisiva que le envían desde una habitación, especialmente preparada para brindar el servicio y que está ubicada en Nueva York. ¿Cuánto tiempo se pierde en las discusiones de los directores y jugadores?

Mientras los críticos alegan, entre otras cosas, que la obsesión por obtener siempre la decisión correcta a veces deja en el olvido a errores cometidos en los partidos por los peloteros y directivos; además, no siempre se transmiten todos los partidos por televisión—como sucede en Cuba—y que el béisbol es un deporte centenario que ha sabido convivir con los desaciertos arbitrales.

El número de especialidades que adoptaron los adelantos tecnológicos ha aumentado notablemente en el último lustro; pero no todas se han rendido a los encantos de la televisión. Una de ellas es el fútbol. La Comisión de reglas dejó claro que el deporte más universal del mundo continuará dependiendo del juicio humano ante los goles dudosos y rechazó el uso del vídeo en la línea de gol para ayudar a los jueces.

Entonces, ¿en un futuro la Comisión cubana de béisbol establecerá reglas especiales que impliquen la utilización del video, ante situaciones muy específicas en los juegos? Tal vez; aunque, sin dudas, es una interrogante difícil de responder y desde los medios solo se pueden sugerir variantes.

Quizás una posible medida, indudablemente más económica, sea organizar talleres de superación para los jueces. Muchos los necesitan y con urgencia; sin embargo, nadie podrá negar que esta profesión, no solo en la pelota, se ha complejizado en los últimos tiempos. Árbitro de los árbitros, así llaman a las repeticiones televisivas en el deporte; pero aceptar o aumentar su uso tampoco es la solución infalible.

Publicado en Cubasí

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