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Quince años después…la espera por Villa Clara continúa

La paciente impaciencia...el cartel tendrá que esperar otro año más
La paciente impaciencia...el cartel tendrá que esperar otro año más

Todavía recuerdo las imágenes de aquella noche de 1995. Yo estaba en el estadio Sandino y mi equipo de siempre, Villa Clara, lograba su tercera corona consecutiva en las Series Nacionales, luego de derrotar a una fortísima selección pinareña, con Omar Linares en el mejor momento de su carrera. De seguro en ese momento no pude imaginar que no disfrutaría de imágenes similares en los siguientes quince años.

Muchas cosas han pasado en ese período de tiempo en el béisbol villaclareño: grandes estrellas decidieron seguir sus carreras o vidas fuera del país, las nuevas generaciones de jugadores mantuvieron el nivel, pero siempre les ha faltado ese extra que caracterizó a las novenas del centro del país: no han sabido ganar el juego decisivo; varios directores trataron de renovar las viejas glorias. Víctor Mesa lo intentó infructuosamente durante siete años; Eduardo Martín Saura tampoco pudo y quizás la temporada que acaba de concluir sea su última como manager naranja.

“Este año será el nuestro”, nos repetimos constantemente los que creemos en el color naranja; pero nadie podrá negarme que la espera nos ha convertido en personas incrédulas; sin embargo, esta temporada sí parecía la de Villa Clara. Vencimos y convencimos ante Santiago de Cuba y Ciego de Ávila e incluso acabamos con el “maleficio” de nuestra “bestia negra”: Industriales. Dos victorias en el Sandino me hicieron creer, las dos debacles en el Latinoamericano revolvieron mis—no solo míos— viejos miedos e inseguridades. No obstante, el espectacular triunfo en el quinto desafío, a pesar de un monumental error arbitral, otra vez despertó en mi memoria las imágenes de los años noventa, cuando el color naranja era asociado con combatividad.
Pero entonces sucedió algo que de tantas veces repetirse ya no es una casualidad: Villa Clara falló a la hora de la verdad. Y lo hizo ante un público anhelante que esperaba más del equipo.

Entonces, realmente siento tristeza al escribir estas líneas. Quince años es demasiado tiempo. Seis intentos fallidos duelen demasiado. Los jugadores villaclareños han puesto a prueba el corazón de sus fanáticos en múltiples ocasiones; pero creo no exagerar cuando afirmo—con las tensiones del séptimo juego del play off todavía latentes— que el revés ante Industriales pudiera considerarse como la derrota más sentida de todas.

Nunca antes mi equipo estuvo tan cerca de levantar su quinto trofeo en la historia. Solo faltaba un triunfo más; sin embargo, los naranjas se creyeron campeones antes de tiempo y pagaron el precio.

No muchos han declarado—quizás con razón—que esta postemporada ha sido “la más espectacular de la historia”, la que “más público ha arrastrado a los estadios”. Pudiera ser, solo que la memoria es traicionera porque recuerdo escenas inolvidables, con estadios absolutamente repletos, por ejemplo en la temporada 1992-93, cuando el Sandino tuvo que cerrar en todas sus ocasiones sus puertas en el play off entre Villa Clara y Pinar del Río o más reciente, en 2007, cuando Santiago de Cuba triunfó sobre Industriales en seis juegos.

La Serie fue reñida o tal vez sea mejor decir que el play off por el título fue reñido, con tonos de espectacularidad. No olvidemos que de los play anteriores solo dos llegaron al sexto juego, por tanto, afirmar que “ha sido la postemporada más cerrada de la historia” no me parece una idea acertada.

Considero que la postemporada de la 49 Serie fue muy buena, a pesar de los errores de todo tipo, de pifias arbitrales gigantescas, managers completamente errados; peleas. No obstante estos puntos grises, en mi opinión el clima beisbolero que vivió este país—y todavía vive—fue espectacular. Necesitábamos eso. La pelota ha venido una vez más a llenar nuestro imaginario en momentos en que la crisis económica ciertamente aprieta los nada abundantes bolsillos de los cubanos. Entonces hablamos de pelota y olvidamos, al menos creemos eso, los otros avatares de la vida. Los industrialistas—que no están solo en La Habana— disfrutan su muy merecido éxito y los villaclareños seguimos esperando, con paciente impaciencia, porque un día, quizás antes de que transcurran dos décadas, podamos ver coronados a los naranjas.

Termino mis líneas, mientras la televisión continúa mostrando las imágenes de los jugadores de Industriales, titulares de la 49 Serie Nacional, quienes celebran ante un estadio Sandino casi vacío. Imagino que mis amigos industrialistas—quienes con ese fanatismo, en ciertas ocasiones enfermizo, han sabido mantenerse junto a un equipo golpeado como ninguno por las deserciones—estén celebrando por todas partes su duodécimo título en la historia de las Series.

Por la ventana de mi apartamento llegan los gritos de alegría. También imagino que a centenares de kilómetros de mi hogar, mis amigos villaclareños regresen en silencio a sus hogares. Mañana hablarán un poco del juego y probablemente, por respeto a su historia, no carguen contra Eduardo Martín Saura o Ariel Borrero y sus pifias en el play off o quizás sí lo hagan. No sé. Los fanáticos son impredecibles. Una cosa sí es cierta: la espera villaclareña se mantiene. Extraño las noches mágicas vividas en el Sandino, cuando una generación de brillantes jugadores nos hizo sentirnos los mejores del país. Pero eso fue hace tiempo, mucho tiempo.

Vea además:
Box Score del séptimo juego de la final: Industriales 7-5 Villa Clara
Datos estadísticos finales del play off

7 comentarios

  • Franklin

    Hola Migue:

    Como te dije hace unos días atrás la serie estaba muy pareja y sería difícil decidir quien ganaría, no obstante concuerdo con tus comentarios, pienso que el principal error de Villa Clara fue creerse campeón antes de tiempo. Industriales demostró una vez más que sabes exactamente cómo jugarle a Villa Clara. Lo siento por ti mi socio, pero no puedo dejar de comentar la inmensa Alegría y Felicidad que sentimos todos los fans de Industriales que hemos visto cómo un equipo sin grandes nombres como en otros tiempos (sobre todo entre los lanzadores), han sabido luchar a brazo partido y coronarse en contra de todos los pronósticos. Nos vemos en la serie 50 y estoy seguro que los villaclareños prednerán desde ahora una velita para que su Bestia Negra, como tu lo denomias, no vuelva a interponerse en el camino hacia el Título. Mientras tanto y hasta dentro de un año: INDUSTRIALES CAMPEÓN!!!!!!!

    • micolumnadeportiva

      Mi socio ! Felicidades ! Se merecen el título porque supieron venir de atrás y batear a la hora oportuna. Exactamente lo que no hizo mi equipo. Los villaclareños fallaron a la defensa, sobre todo en el sexto juego, cuando lo tenían todo para coronarse. Después del jonrón de Canto, el partido era para ellos, después del error de Malleta en el noveno, el partido era para ellos; pero fallaron Pestano y Dian Toscano (qué estaba pensando el Dr. Martín Saura??? zurdo vs. zurdo ???). En fin, de tantas veces que tuvieron el partido en los últimos dos capítulos pues finalmente no fue para ellos y los azules mostraron una garra impresionante. En mi barrio salió una conga (tú sabes lo folclórico que son por allá) y estuvieron dándole a una lata hasta las 4 de la mañana. Creo que eso es algo muy positivo para la pelota cubana. Esa expectación no la veía ni siquiera cuando STG vs. IND. Entonces, que disfruten los Leones su duodécima corona. A mí solo me queda esperar…pacientemente.

  • Felicitaciones para el equipo de Villa Clara (dificiles cuando se pudo ganar) pero realmente dieron un gran espectáculo. Creo que no existió un buen trabajo psicológico y demasiadas protestas (algunas con razón y otrs no). Además la defensa y la oportunidad en el bateo les fue esquiva. Industriales, que nadie nunca dió con aspiraciones reales, supo ganar y mostrar gran competitividad. Lo que más me preocupa es que el excelente play-off final (los anteriores no fueron tan espectaculares) contribuya al espejismo de que fue una excelente serie nacional cuando, en mi opinión, no lo fue y eso vaya en detrimento del beisbol cubano que, como en general el deporte cubano, no está en sus mejores momentos. Nuevamente mis felicitaciones a los Villaclareños aunque, si yo fuese naranja, no quisiera recibir,

  • El deporte es duro y no entiende de «casi». En el 9o inning, cuando venía la mejor tanda de VCL, me consolaba a mí mismo: es justo, los villareños han esperado 15 años, jugaron mejor la serie regular… Pero recordé las ridiculeces de Pestano y el señor Martin Saura, capaces de maltratar a sus compañeros a la vista de las cámaras; y vi enfrente la humildad del más grande torpedero de la historia nacional, el mago Mesa, y la sonrisa noble de Malleta, y la entrega de Tabares… Entonces, fue justo también ver a mis azules campeones por duodécima vez. Igual habría estado feliz, por mis dos hermanos villareños y por Charly, el más fanático de mis amigos.

    • micolumnadeportiva

      Boris…realmente muchos la han emprendido con Martín Saura; también con Pestano, pero este es un caso aparte, es decir, su prepotencia y/o autosuficiencia ha ido creciendo en la misma medida que aumenta su maestría detrás del home. La reclamación de una supuesta cámara que mostraba las señas fue ridícula. Ahora, en cuanto a Martín Saura, no creo que haya «maltratado» a sus compañeros de equipo. En el séptimo juego se quejó porque, me contaron, en dos ocasiones personal técnico del equipo (no los jugadores) ocuparon los lugares donde se sentaba la dirección principal en el dogout. Quizás fue la tensión, pero te puedo asegurar que es una persona dialógica, a diferencia de tantos directores que tenemos hoy en Cuba. Su reclamación por las visitas a Arley Sánchez, en el séptimo juego, pues tenía razón, fueron 4 y por tanto había que sacar al lanzador. ¿Un tecnicismo? Cierto. El zurdo tenía maniatados a los bateadores villaclareños y el árbitro de home olvidó anotar la tercera conferencia. Germán hizo bien, le preguntó primero y luego fue hacia el montículo. El error fue del árbitro, pero Martín Saura no protestó de forma descompuesta, como sí lo hizo en el Latino, en el quinto desafío, cuando el compañero José Pérez Julién no vio un clarísimo out en el octavo capítulo. En fin, errar es de humanos, dicen muchos y es cierto que en la postemporada los jueces se equivocaron en muchísimas ocasiones y no todas perjudicaron a Villa Clara. Así que los fanáticos villaclareños que culpan a los árbitros, pues son demasiado ciegos para ver lo que sucedió en el terreno. Muy ciegos para comprender que después del espectacular jonrón de Canto tenían que haber ganado en el final del noveno inning, sobre todo después que el muy conversador Malleta (con los lanzadores azules y también con los villaclareños) cometió un error infantil. Sin embargo, dejaron pasar una oportunidad dorada y los industriales, al igual que hicieron a lo largo de todos los play offs, aprovecharon el error de Martín, combinado con el batazo de Stayler. Fin de la historia, duodécima corona y de repente, las decenas de miles de fanáticos que durante meses no apoyaron a Industriales, que durante meses dejaron vacías las gradas del Latino (no siempre pq los juegos fueran en la tarde), pues ahora eran los más fanáticos, los de más iniciativas, los que «siempre creyeron en su equipo». Cosas del béisbol, dirían algunos.

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