Puede decir, con certeza, que estoy readaptando el título de uno de los temas más populares del grupo de hip-hop Orishas, el mismo que puso a tantos a bailar en la Plaza de la Revolución, en el inolvidable concierto “Paz sin fronteras” del 20 de septiembre.
En mi habitual lectura por los medios de comunicación cubanos, en especial las secciones deportivas, solo encuentro en los últimos días malas noticias: ya había compartido aquí mis criterios por la nueva derrota ante Estados Unidos en la final de la Copa Mundial de béisbol. Casi al mismo tiempo que los lanzadores no podían aguantar la ofensiva norteña, muy lejos de allí, en Mato Grosso, Brasil, la selección nacional femenina de baloncesto sufría su tercera derrota consecutiva y quedaba fuera del Mundial de 2010, por primera vez en décadas. ¿Cómo entender los reveses ante Canadá y Argentina, equipos frente a los que se paseaba la distancia no hace tanto tiempo atrás?
Para completar los descalabros, las una vez llamadas “Espectaculares Morenas del Caribe del voleibol” hoy muy distantes—a años luz—de aquellas sensacionales tricampeonas olímpicas, terminaron con la medalla de bronce en el torneo de Norte, Centroamérica y el Caribe. Nunca antes en las 20 ediciones previas de este torneo, un equipo cubano no había discutido el título, ganado ahora por República Dominicana.
Los problemas no terminan allí. En Herning, Dinamarca, se celebró el Mundial de lucha, libre y grecorromana. Por suerte el estelar Mijaín López, de los 120 kilogramos, volvió a sacar la cara y su tercera medalla de oro en citas mundialistas colocó a Cuba en la quinta posición, gracias también a las preseas de bronce de Pedro Isaac (60 kilos) y Pablo Shorey (84); sin embargo, todo esto ocurrió en el estilo grecorromano. Los de la libre hicieron muy poco.
Ante estas realidades del deporte cubano, un discurso crítico, no solo de los medios, por supuesto, es imprescindible. Pero más allá de la catarsis, es imprescindible proponer verdaderas soluciones que ayuden a recobrar, poco a poco, el nivel que nos permitió dominar ampliamente Centroamérica y el Caribe y que nos ha mantenido durante casi cuatro décadas en las dos primeras posiciones panamericanas.
Es cierto que otros países tienen mayor cantidad de habitantes, más desarrollo económico; pero no “compro” este argumento como excusa, sobre todo porque esto ha sido así…por siempre y todos recordamos las 140 medallas de oro en los Panamericanos de La Habana 1991 y los 14 títulos olímpicos en Barcelona 1992. Los contrastes son enormes: 59 doradas en Río de Janeiro 2007 y apenas dos en Beijing. ¿Qué nos ha pasado?
Creo que es el momento de reconocer—no ahora, en realidad desde hace tiempo—que no podemos enviar a nuestros mejores entrenadores fuera del país, en misiones de trabajo, a pesar de lo necesario de esos ingresos económicos, si esto frena nuestro desarrollo interno. Creo que nadie puede escudarse detrás de las dificultades económicas para no cuidar los terrenos de fútbol, baloncesto, béisbol, etc, etc. Creo que tampoco se pueden emplear como excusas las salidas definitivas de atletas hacia otras naciones para justificar los malos desempeños en múltiples disciplinas, individuales y colectivas.
Creo…en fin, creo muchas cosas y de cierta manera me reconforta que el discurso critico vaya cada más a los problemas de raíz. Desde mi punto de vista, es imprescindible mejorar el trabajo desde la base, es decir, desde las comunidades, el barrio. Al saber qué es lo que pasa allí, entonces podremos encontrar los talentos que hoy no faltan, solo que nadie ha ido a buscarlos. “Cuesta caro, mantenerse claro”, canta Orishas, y estoy de acuerdo con ellos. El precio que estamos pagando por los olvidos es muy elevado. Solo leamos las noticias que les comentaba al principio de mi post.
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Solo hay que ver los resultados de Cuba en el último ciclo olímpico.
Hace rato comente que Cuba tenia que reinventarse…todo es pesimo en los deportes y es un reflejo de la situacion en general del pais….les deseo lo mejor con reformas acertadas y veremos los resultados,,,,el mundo cambia y Cuba debe de abrirse al mundo y el mundo a Cuba como dijera el papa Juan Pablo II….entonces veremos los resultados en todos los aspectos…cuesta caro…..pensar claro…pero esta es la raiz del problema…lo demas,,,curitas de esparadrapo..
Es el derrumbe total. No hay deseos de nada. Habrá que trabajar duro. Ya el único que usa chandal es el comandante.
Los deportistas cubanos, en general, están desmotivados, cansados de ganar una miseria para el esfuerzo que hacen. Están hartos de viajar por el mundo como si fueran prisioneros o soldados y encima ser acusados de «desertores» si deciden quedarse a vivir y trabajar en otros países. Los deportistas cubanos están hartos de que los usen para el politiqueo y el patrioteo y todo lo feo que tiene la política, ya sea de izquierda o de derecha.
Los deportistas cubanos quieren ser personas NORMALES, deportistas normales que les paguen bien por su trabajo, y que les permitan representar siempre a la bandera de su país, independientemente de su ideología o su país de residencia.