Ellos no lo podían creer, yo tampoco. Los periodistas dominicanos, mucho menos; pero el resultado era indiscutible: la mayor sorpresa posiblemente del béisbol internacional en la última década acababa de concretarse: Holanda dejó fuera a República Dominicana del Clásico Mundial.
Ni los 28 jugadores de Grandes Ligas en su nómina—a pesar de las ausencias de decenas de estrellas que le dieron abiertamente la espalda a su país—fue suficiente. El equipo decepcionó por un bateo muy pobre y el slump ofensivo resultó tan sorprendente que en 20 entradas los dominicanos solo anotaron tres carreras ante el pitcheo holandés. Sencillamente increíble.
¿Qué pasó con los grandes nombres que sí estuvieron en Puerto Rico? “Papi Ortiz” apenas fue una sombra; Hanley Ramírez intentó, infructuosamente, llevar la pelota más allá de las cercas del estadio “Hiram Bithorn”; José Guillén brindó la peor impresión de todos: no pudo hacer nada ante los lanzadores holandeses.
Miguel Tejada otra vez fue la excepción, pues acumuló números aceptables; mientras, Miguel Olivo tuvo un partido memorable ante Panamá; aunque en el juego decisivo contra Holanda tampoco pudo conectar el batazo a la hora buena.
Contrario a lo que muchos esperaban, el pitcheo dominicano fue impresionante. Es cierto que el cerrador Carlos Mármol no pudo mantener la ventaja en el undécimo inning; pero nadie podrá culpar a los lanzadores por la derrota. Los tres abridores estuvieron bien, especialmente Ubaldo Jiménez quien impuso un récord de 10 ponches en cuatro capítulos; Pedro Martínez posiblemente se haya ganado un contrato con algún equipo de las Grandes Ligas después de lanzar seis episodios de forma impecable.
Varios factores pueden haber influido en la derrota dominicana: los bateadores lucieron en muy baja forma física, no apareció la conexión oportuna y el director Felipe Alou dejó muchas dudas por la manera en que movió al banco; otros prefieren culpar a las estrellas que no asistieron ( El precio de las ausencias); sin embargo, creo que con los que sí estuvieron, el equipo pudo brindar un mejor espectáculo. No lo hizo y por eso los jugadores regresarán a los campos de entrenamiento de sus clubes de las Mayores mucho antes de lo esperado, para tristeza de los fanáticos dominicanos y júbilo de los directivos de esos equipos.