Todos los días se publican noticias sobre la crisis económica mundial y aunque el deporte no es ajeno a las caídas de las bolsas de valores, los despidos masivos, las quiebras de empresas, resulta llamativo cómo en estos tiempos convulsos algunos equipos están dispuestos a pagar sumas millonarias por la contratación de las estrellas más famosas.
El caso que mayor publicidad recibió fue el intento del grupo árabe, dueño del club Manchester City de la Liga Premier inglesa, de comprar el contrato del futbolista Kaká, del Milan AC, en el Calcio italiano. Los poderosos empresarios petroleros le ofrecieron a la cúpula directiva 100 millones de euros, la mayor cifra de la historia. Antes ya habían obtenido del Real Madrid a otro brasileño, Robinho.
Los fanáticos del Milan se opusieron a la partida de su astro quien ha guiado a esa selección a la conquista de dos títulos en la Liga de Campeones y varios scudettos en el Calcio; sin embargo, el magnate de los medios de comunicación y también Primer ministro Silvio Berlusconi, dueño del Milan, dio el visto bueno a la propuesta árabe, por lo que el traspaso del brasileño parecía seguro.
Si Kaká se hubiera regido por la lógica comercial imperante, habría aceptado la oferta del club inglés; pero en una decisión muy aplaudida por muchos, el jugador utilizó una cláusula de su contrato que le posibilita denegar el traspaso a otro equipo sin su consentimiento. “Kaká no quiso cambiar títulos por millones”, se atrevieron a decir algunos y quizás no estaban equivocados.
En Estados Unidos, el país donde comenzó la crisis económica que luego se ha extendido por todo el planeta, ninguna franquicia despierta más interés que los Yankees de Nueva York de las Grandes Ligas. Los máximos ganadores de Series Mundiales llevan nueve años sin levantar el trofeo de campeón y eso parece molestar al imperio Steinbrenner.
La recesión es cada vez más visible y los despidos se multiplican con rapidez por toda la nación; pero los Yankees han gastado sumas de dinero increíbles en las contrataciones de tres de los peloteros más codiciados en el mercado de agentes libres. Con ellos esperan comprar el título de la temporada 2009; aunque esa fórmula no les ha resultado efectiva en las últimas campañas.
En 2001, un año después de ganar su tercera Serie Mundial consecutiva, los Yankees tuvieron una nómina de 112 millones de dólares; tres años más tarde, la cifra creció a 184 y en 2005 rompió la barrera de los 200. Allí se han mantenido y el impuesto que pagaron a la Major League Baseball (MLB) en 2008 por sobrepasar el límite salarial fue de 27 millones.
Los Yankees decidieron construir un nuevo estadio, a un costo récord de mil 300 millones, situado… frente al viejo Yankee Stadium. La nueva instalación ofrece, según la gigantesca campaña publicitaria que lo ha rodeado, un mayor confort a los fanáticos; también más tiendas, restaurantes de lujo y un aumento en los precios de los asientos que llegan hasta los dos mil 500 dólares para un partido de la campaña regular.
Pero comprar un título, a pesar de la crisis, cada vez es más caro y los Yankees gastaron en solo tres jugadores la escandalosa cantidad de 423,5 millones de dólares. El principal contrato lo recibió el versátil Max Teixeira, con 180 millones por ocho años. Antes, la gerencia supuestamente había reforzado el cuerpo de lanzadores con la incorporación de la fornida estrella CC Sabathia—161 millones, siete años— y A.J. Burnett—82,5 millones por cinco años.
Además, los Yankees tienen en su nómina a los dos peloteros mejor pagados en la MLB: la tercera base Alex Rodríguez, 275 millones por 10 años, y el campo corto Derek Jeter, 189 millones por una década. Estos dos jugadores estarán en el II Clásico Mundial, aunque con selecciones diferentes; sin embargo, la gerencia le negó el permiso al cerrador panameño Mariano Rivera y al receptor boricua Jorge Posada. Ambos sufrieron lesiones el año pasado; pero ya están en buena forma física y mostraron interés por unirse a sus equipos nacionales en el Clásico; no obstante, una vez más los Yankees les prohibieron participar.
Cada partido de la temporada 2009 le costará a los Yankees, 1,2 millones de dólares. Ganen o pierdan. Y esto es difícil de comprender por un fanático que cada vez recibe peores noticias del estado económico de su país. La desmesura no fue suficiente en 2008 porque los Yankees, por primera vez en trece años, quedaron fuera de los play offs, y Tampa Bay Rays, con una nómina inferior en más de un 30%, alcanzaron el campeonato de la Liga Americana.
La pugna por fichar a las principales estrellas no se detiene y llama la atención cómo el discurso mediático se recrea en las cifras y asocia la cantidad de dinero invertido con las posibilidades de un equipo de alcanzar un título. La ecuación parece sencilla: mientras más millones se invierten en la compra de deportistas, más posibilidades existen de ganar trofeos. Aunque las variables en esta ecuación fallan en muchas ocasiones y solo hay que revisar la historia para darnos cuenta que la danza de los millones no siempre tiene un final feliz.
Publicado en Cubasí