El deporte cubano vivió momentos muy complicados en 2008, hechos que de seguro muchos quisieran no recordar; pero un análisis de las especialidades y de los atletas que no cumplieron con las expectativas resulta indispensable para poder construir una imagen, lo más precisa posible, de lo sucedido en los últimos doce meses en el universo atlético de nuestro país.
La Olimpiada de Beijing centró la atención del mundo. Los chinos gastaron miles de millones de dólares y organizaron un espectacular evento que despertó la admiración de todos, incluso de aquellos que antes del inicio no perdieron ni un minuto para criticar los sucesos del Tíbet y entorpecieron el paso de la llama olímpica por distintas ciudades de Europa y Estados Unidos.
A la capital china Cuba asistió con una delegación mayor que la presentada cuatro años antes, en Atenas; sin embargo, alcanzó tres preseas menos en el total, apenas dos de oro y en la tabla final de posiciones quedó ubicada en un decepcionante vigésimo octavo lugar. Jamaica y Brasil mostraron un gran avance—los caribeños especialmente en el atletismo— y fueron las naciones más destacadas de Latinoamérica.
Por primera vez desde 1972 el boxeo cubano—el deporte que mayor cantidad de medallas de oro ha aportado— no participó con un equipo completo de peleadores ni tampoco pudo obtener un título; aunque realmente las ocho preseas superaron los pronósticos, sobre todo si se analiza la renovación forzosa a la que fue sometida la selección. No obstante, de los cuatro hombres que alcanzaron la final olímpica, ninguno supo ganar el combate decisivo.
Solo dos equipos cubanos lograron clasificar a Beijing: el voleibol y el béisbol. El baloncesto femenino estuvo cerca; pero cayó en el encuentro que daba el boleto frente a Brasil. Algo similar les ocurrió a los hombres del voleibol en su torneo preolímpico. Ellos cedieron ante Alemania cuando iban delante dos sets a cero.
Las chicas del voleibol buscaban en la capital china subir al podio por quinta cita estival consecutiva; mientras los peloteros debían mantener la corona reconquistada en Atenas. Las voleibolistas comenzaron de forma impetuosa e hicieron soñar a más de uno; sin embargo, en los dos partidos más importantes, ellas enseñaron su peor nivel de juego y perdieron la oportunidad de alcanzar una medalla.
La derrota del béisbol en el desafío final contra Corea del Sur promete ser recordada por mucho tiempo. En la última presentación olímpica de la pelota—a menos que el Comité Olímpico decida reintegrarla al programa oficial de competencias para 2016, lo cual no parece probable—el equipo cubano no pudo contra dos excelentes lanzadores coreanos y el doble play con las bases llenas en el noveno capítulo y la carrera del empate en tercera base, dejó paralizado a millones de fanáticos que, desde sus hogares, confiaban en la reacción de su multipremiada novena. No pudo ser.
Otros deportes también estuvieron por debajo de lo esperado en Beijing. La lucha, en las modalidades libre y grecorromana, solo tuvo a un medallista: Mijaín López. Aquellos que habían brillado a lo largo del cuatrienio lucieron mal en el evento fundamental. Otro punto negativo de la cita china fue la agresión física de Ángel Valodia Matos a un árbitro en una pelea de taekwondo. La criticable acción—el árbitro no era nada imparcial, pero nada justifica el golpe—terminó con la carrera de un atleta que asombró al mundo con su título olímpico en Sydney.
El fútbol cubano tuvo un 2008 para el olvido. La contratación del técnico alemán Reinhold Fanz, un hombre con experiencia en la dirección de clubes de la Bundesliga, despertó un gran interés y algunos esperaban un mayor avance de la selección en la eliminatoria rumbo al Mundial de Sudáfrica 2010. Fanz logró concretar dos giras por territorio europeo y la expectativa por ver el desempeño de los cubanos aumentó notablemente; sin embargo, el terreno enseñó una realidad diferente.
Cuba pasó mucho trabajo para eliminar a Antigua y Barbuda en la primera fase y luego, en su grupo, solo alcanzó un triunfo, ante Guatemala en La Habana, y sufrió cinco derrotas, tres de ellas por amplias goleadas. Fanz fue despedido y Raúl González Triana asumió la conducción del once.
La Copa del Caribe fue el otro reto del fútbol nacional y en Jamaica las cosas tampoco salieron bien. Los dos triunfos iniciales le dieron al equipo la ansiada clasificación a su sexta Copa Oro; pero en el encuentro semifinal, contra Granada, la mala puntería impidió llegar a la discusión del oro y después, en el encuentro por el bronce frente a Guadalupe, un desmotivado once poco hizo por el triunfo. A estas dos malas noticias hay que sumar los tristes hechos del preolímpico de Tampa, cuando las deserciones de varios atletas le impidieron a la selección continuar con el buen juego mostrado en el debut.
El deporte cubano también vivió otros momentos difíciles. El grave accidente sufrido por el destacado ciclista Pedro Pablo Pérez mantuvo en tensión a muchos; pero afortunadamente el múltiple ganador de la Vuelta Ciclística a Cuba se recuperó. La lesión en la rodilla derecha del saltador de altura Víctor Moya, durante el Campeonato centroamericano efectuado en Cali, le impidió asistir a Beijing y una seria lesión en el hombro del luchador Yandro Quintana, campeón olímpico de Atenas, lo obligó a retirarse de ese deporte.
La lista de malas noticias lamentablemente se extiende. Por primera vez en su historia, el voleibol femenino no jugará en el Gran Prix 2009, porque el segundo equipo enviado a la Copa Panamericana, desarrollada en Tijuana, no pudo conseguir el boleto; mientras el baloncesto masculino concluyó en el cuarto puesto del Centrobasket, aunque sí obtuvo la clasificación al premundial Copa de las Américas 2009.
El ajedrez fue uno de los deportes más destacados del año; sin embargo, ninguno de los dos equipos que asistieron a la Olimpiada de Dresde cumplieron con los pronósticos. Los hombres, con la mejor selección de todos los tiempos, culminaron en el vigésimo tercer escaño.
El 2009 será un año con un calendario menos complejo porque no habrá Juegos Centroamericanos ni Panamericanos. Quizás sea el momento más oportuno para comenzar a introducir los cambios que permitan que la mayoría de los momentos nada agradables vividos por el deporte cubano en 2008 no tengan una segunda parte.
Publicado en Cubasí