Oleiny Linares asombró al mundo del ajedrez hasta la última ronda de la Olimpiada mundial, celebrada durante dos semanas en Dresde, Alemania. La joven santiaguera llegó a la jornada conclusiva con opciones de lograr la medalla de oro en el cuarto tablero; sin embargo, el empate ante la azerí Khayala Isgandarova y el triunfo de la polaca Joanna Majdan, le permitió a esta última superar a la cubana por apenas media unidad.
La medalla de plata de Linares fue la mejor noticia para el ajedrez nacional en una Olimpiada donde ninguno de los dos equipos cumplió con los pronósticos. Linares, de 2261 de ELO, tuvo una actuación perfecta, con 8 triunfos, 2 tablas y totalizó 9 puntos. Esto le posibilitará sumar más de 40 unidades en su coeficiente ELO y pudiera aparecer en la próxima actualización del ranking como la segunda mujer del país, por detrás de Lisandra Ordaz.
Una de las mayores interrogantes antes del inicio de la cita era cómo reaccionarían Ordaz, 2306 de ELO, y Linares a su primera gran competencia internacional. Los resultados sobre el tablero demostraron que ellas ya están listas para encabezar a la selección. Lisandra Ordaz defendió muy bien el segundo tablero y solo cedió en una ocasión.
En el primer tablero, Maritza Arribas cumplió con lo esperado; pero los problemas estuvieron en Sulennis Piña, muy por debajo de sus posibilidades, y en Yaniet Marrero, la suplente. El nivel de juego de la granmense Piña ha descendido notablemente en los últimos dos años y en Dresde cayó en cuatro oportunidades. Marrero acumuló tres unidades en las seis oportunidades que recibió.
Las cubanas ganaron seis matches, empataron uno y perdieron en cuatro enfrentamientos. De acuerdo con el sistema de puntuación, criticado enormemente entre los jugadores, archivaron 13 unidades y concluyeron en la posición número 25.
Georgia ganó la Olimpiada, por delante de húngaras y norteamericanas; mientras Rusia, con la campeona mundial al frente, Kosteniuk, fue cuarta. Las chinas, líderes durante la mayor parte del torneo, terminaron en la octava plaza.
LOS HOMBRES MUY POR DEBAJO DE LAS EXPECTATIVAS
Era el mejor equipo de la historia del ajedrez cubano y, por tanto, las expectativas tenían que ser altas; pero el rendimiento estuvo por debajo de lo esperado y la selección descendió hasta un impensado vigésimo tercer lugar.
Leinier Domínguez atrajo toda la atención. Solo unos días antes del inicio del evento había protagonizado la noticia del año en el ajedrez nacional, al proclamarse campeón mundial de blitz en Almaty y, con él a la cabeza, la selección, ubicada en el puesto 16 por su ELO promedio, parecía capaz de ubicarse entre los quince primeras de la Olimpiada.
La realidad fue otra. Después de un comienzo victorioso, la apabullante derrota en la tercera ronda contra los rusos—cierto, el mejor equipo del torneo, aunque tampoco cumplió con los pronósticos—mostró las primeras fisuras. El principal problema llegó en la quinta ronda cuando unos desconocidos vietnamitas forzaron el empate.
En el nuevo sistema implantado por la Federación Internacional, donde el ganador del match se lleva las dos unidades, un punto puede decidir entre cinco y diez posiciones en la tabla. Si Cuba hubiera derrotado a Vietnam o a Bielorrusia en la oncena ronda —dos rivales inferiores—entonces habría concluido cerca de los diez primeros puestos.
No pudo ser. Leinier fue perfecto; sin embargo, su nivel exigía más. Enfrentó a tres de las grandes estrellas: Gata Kamsky, Peter Leko y Vladimir Kramnik y ante ellos igualó, lo cual es sobresaliente; sin embargo, perdonó a cuatro rivales con ELO inferiores al suyo en más de cien unidades. Leinier perdió 2,2 puntos en su coeficiente y de seguro se concentrará ahora en la preparación para el fortísimo Corus, a mediados de enero del año próximo, el torneo de mayor fuerza de todos los que ha jugado.
Lázaro Bruzón estuvo muy inestable y tampoco cumplió con las expectativas. Solo 5 puntos en 11 partidas, menos del 50% de efectividad, dice a las claras que la tan deseada recuperación de Bruzón todavía no se ha concretado.
Si Oleiny fue la reina entre las mujeres, Yuniesky Quesada, el actual titular nacional, merece todos los elogios por los hombres. No descansó en ninguna ronda y cedió en dos partidas—una de ellas frente al estelar ruso Alexander Morozevich Holden Hernández comenzó mal, tal vez todavía influido por la debacle en el torneo Casino de Barcelona; aunque luego mejoró notablemente.
El veterano Jesús Nogueiras hizo lo que se le pedía; a pesar de que su derrota contra el nacionalizado norteamericano Yuri Shulman fue crucial en el costoso revés frente a los estadounidenses en la sexta jornada.
Como resumen, la selección cubana ganó seis matches, empató dos y cedió en tres. Con 14 puntos, quedó alejada a cinco de los campeones de Armenia. Rusia, con su súper equipo, defraudó y fue quinto.
Publicado en Cubahora