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Las mejores fotos que nos dejó Río 2016

Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro nos dejaron imágenes que ya forman parte de la centenaria historia de las citas estivales modernas. Los grandes triunfos y las mayores decepciones de equipos y atletas por lo general ocuparon las portadas de los medios de comunicación; sin embargo, en Río también hubo momentos que, aunque no se recogieron en el medallero, realmente son imperdibles, porque demostraron la diversidad cultural y el respeto al verdadero espíritu olímpico que reinó en los segundos Juegos organizados por un país latinoamericano.

El relevo de Bolt

Usain Bolt dijo adiós a los Juegos Olímpicos con su tercer triplete consecutivo (100, 200 y relevo de 4×100 metros). El carismático jamaicano, considerado justamente el mejor velocista de todos los tiempos, tuvo en el joven canadiense Andre de Grasse a su rival más complicado. En esta foto, un sonriente Bolt señala a de Grasse y la imagen pudiera interpretarse como el cambio generacional: el más grande de la historia pasa el relevo a su posible continuador.

Últimas brazadas del rey Phelps

El hombre con más medallas y títulos en la historia del olimpismo se retiró por la puerta ancha: subió al podio de premiaciones seis veces más, por lo que amplió su leyenda hasta 28 preseas, 23 de ellas de oro. En esta imagen, Michael Phelps entra en la piscina olímpica por última vez. Sus récords podrían mantenerse en los libros hasta el siglo XXII.

La gracia de su majestad Biles

Simone Biles maravilló a jueces y fanáticos con sus precisos movimientos. Ganó cinco medallas, de ellas cuatro de oro. Nunca antes en la historia olímpica habíamos tenido una reina negra de la gimnasia artística. Genial Biles.

¿Todo vale en el deporte?

Para obtener una victoria, los atletas parecen estar dispuestos a todo, incluso a arriesgar el físico. Esto lo demostró la corredora de Bahamas, Shaune Miller. En la final de los 400 metros planos, a pocos metros de la meta, ella optó por lanzarse de cabeza y, de esta forma, superó a la estadounidense Allyson Felix. La acción de Miller dejó una de las fotos inolvidables de los Juegos, pero también abrió un debate sobre si todo vale en pos de subir a lo más alto del podio.

Arenas de Copacabana

Entre los escenarios competitivos en Río, el más espectacular de todos fue el construido en Copacabana, que acogió al voleibol de playa. Este impresionante estadio recibió grandes concurrencias hasta la madrugada. La dupla brasileña de Alison Cerutti y Bruno Schmidt complació a sus exigentes seguidores, al obtener el título olímpico, aunque las brasileñas no cumplieron los pronósticos y quedaron sin medallas.

Contraste en el voleibol de playa

En el voleibol de playa, el bikini fue obligatorio hasta 2012. Después de los Juegos de Londres llegó el cambio de reglamentación que permitió a las mujeres competir con el atuendo que estimaran conveniente. Esta imagen ha quedado como recuerdo de la diversidad cultural que imperó en los Juegos: la alemana Kira Walkenhorts, a la derecha, utiliza un bikini, mientras su oponente, la egipcia Doaa Elghobasgy hace uso del velo.

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